El Cambre rural abraza el arte urbano

El portugués Ricardo Romero y la china Satr completan sus obras en el Cromático Mural Fest

Cambre ahonda en su apuesta por llevar el arte urbano más allá de los núcleos más poblados y vestir con él muros de zonas rurales. “El año pasado se quiso ampliar el proyecto fuera del contexto más urbano, a zonas rurales, y este año aún más. En 2022, uno de los cuatro murales estaba en el rural, el de Fendetestas. Este año, dos están en parroquias y otros dos en el contexto urbano”, explica el comisario del Cromático Mural Fest, que estos días vive su sexta edición, Arcadi Poch. “Está muy bien porque son lugares donde evidentemente tienen menos actividad cultural y lo agradecen mucho los vecinos”, asegura.

Obra del portugués Ricardo Romero, terminado ayer en Castrobo, Sigrás.   | // VICTOR ECHAVE

Obra del portugués Ricardo Romero, terminado ayer en Castrobo, Sigrás. | // VICTOR ECHAVE / Sara Vázquez

De los cuatro artistas seleccionados para trabajar en paredes del municipio cambrés en esta edición, dos de ellos ultimaban ya ayer sus propuestas: el portugués Ricardo Romero plasmó en Castrobo, en la parroquia de Sigrás, una bailarina desplegando su vestido como unas alas. “Él quería hablar de ese gesto artístico entendido como un momento de presente”, explica el comisario del festival. “Es el mural menos situacionista de esta edición. Aborda temáticas filosóficas, existencialistas”, apunta.

En el número 3 de la carretera de Cambre a O Temple, dentro del núcleo de la capital municipal, la artista china Satr finiquitó también ayer un mural que muestra a “dos raposos que intentan cazar una manzana, que para ella representa el conocimiento, la curiosidad”, cuenta Poch. La obra, The curiosity of the Universe, “muestra a los animales como etéreos, con veladuras que hace que floten un poco; una alusión un poco al espíritu del animal, en una pintura figurativa que no pretende ser realista”, detalla el comisario.

Al tiempo, Lidia Cao y Tope Skinwalls continúan manos a la obra el paseo de Os Templarios y en Meixigo, respectivamente. El catalán, muralista y tatuador, realiza en la Casa do Pobo de la parroquia cambresa “el mural más situacionista”, en el que “trabaja como si el edificio estuviera vivo y la pared fuera su piel”, afirma Poch. “Estos días tuvo mucho contacto con los vecinos para ver cuáles son sus tatuajes, sus simbologías e iconografías, e introduce en la obra pequeños tatuajes que tienen que ver con algunos extractos de conversaciones con los vecinos”, detalla el comisario.

A la gallega se le ha asignado “casi el muro más visible”, señala Poch, en el paseo de Os Templarios, cerca de O Paraugas. “Tiene un potencial y una trayectoria increíbles y tiene un lenguaje propio muy personal, quizá más próximo a la ilustración y con una gama cromática muy específica”, detalla el comisario. “Queríamos crear una nueva iconografía más contemporánea pero que también hiciera alusión a la memoria histórica. Muestra a una María Pita transgresora, empoderada, con la mirada salvaje, subida a su caballo. Genera un discurso de empoderamiento femenino y está hecho por una mujer gallega sobre otra del pasado. Hay un diálogo transgeneracional”, explica. Mientras las obras de los artistas se acercan al final, vecinos han elaborado un mural colaborativo o participado en una visita guiada por obras de las ediciones pasadas.

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