Oleiros licitará otra vez la gestión del bar del parque Trece Rosas al no presentarse nadie

El Ayuntamiento de Oleiros sacó a licitación el pasado mes de mayo la concesión del bar y terraza municipales del parque As Trece Rosas en Bastiagueiro por un importe de 186.970 euros con impuestos y un plazo de ejecución de diez años pero ningún particular ni empresa presentaron ofertas por lo que la mesa de contratación acordó declarar desierto el procedimiento.

El Gobierno local prevé volver a sacar de nuevo esta gestión a contrato aprovechando la próxima finalización de las obras de remate de la construcción, donde quedan pendientes actuaciones de ajardinamiento entre otras. Lo que ya finalizó fue la obra de la Dirección Xeral de Costas que ejecutó, en la parte baja de esta vivienda, un muro de contención del acantilado para reforzar la seguridad del terreno, situado encima de la playa de Bastiagueiriño. El Ejecutivo oleirense señaló que con esta actuación además se incrementa la superficie del parque en unos 5.000 metros cuadrados.

La cafetería y terraza municipales se han generado tras reformar la única de las tres casas que el Concello expropió pero no derribó en esta zona. Todas estaban en zona de dominio público y tras finalizar la concesión que tenían, se expropiaron primero los terrenos y después las viviendas.

Junto con la gestión hostelera, el futuro concesionario debe encargarse también de la limpieza de los aseos públicos que se ubicarán en esta edificación, en la que también existirá en la parte baja un almacén para los servicios de jardinería (para maquinaria y herramientas).

La cafetería contará con mesas y sillas, una barra, una pequeña cocina anexa y tres aseos para clientes. Se accederá mediante una rampa aunque también se mantendrán las escaleras. La parte trasera de la vivienda es la que servirá de terraza.

El Concello también optó por cambiar el firme de las sendas que serpentean entre el parque As Trece Rosas y en lugar del acabado más natural, el de gravilla, optará por un pavimento continuo y liso para mayor seguridad de los numerosos visitantes de esta área verde pública (entre ellos, además de ciclistas y runners, paseantes con carritos de bebé para los que las piedras, sobre todo después de la lluvia, dificultaban el paso).

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