El picudo infecta el emblemático palmeral de Santa Cristina y Oleiros trata de salvarlo

En el municipio de Oleiros, al igual que en el resto de la comarca coruñesa, se están talando palmeras sin parar mientras otras, totalmente muertas, siguen en pie en las propiedades particulares, todas afectadas por la plaga de un coleóptero, el picudo rojo, por ahora imparable y tan resistente que a pesar de los tratamientos consigue reinfectar a palmeras vacunadas.

La preocupación del Gobierno local es máxima en la zona del paseo de Santa Cristina, porque cuenta con una treintena de ejemplares que conforman una imagen emblemática de este arenal. El Ejecutivo confirmó que el picudo ha infectado también a estos ejemplares.

Tanto los propios servicios municipales como las empresas concesionarias de los parques y jardines realizan entre tres y cuatro tratamientos con productos fitosanitarios autorizados al año para garantizar su buena salud.

Los técnicos del Concello además toman nota de todos los ejemplares que ven secos por el municipio. Es el caso de dos palmeras en Santa Cristina, en la avenida de las Américas, cerca de la plaza Afundida. Son dos de las seis que están en una segunda línea detrás de las que se encuentran en el paseo. Su aspecto, con todas las hojas caídas y secas y el cogollo cortado, evidencia el grave daño que han sufrido ya.

Oleiros posee casi 200 palmeras municipales

Oleiros es uno de los municipios que tiene más palmeras, sobre todo de la variedad más habitual, la Phoenix canariensis, que es a la que primero ataca el picudo rojo porque es la que tiene la corteza más tierna. El coordinador de parques y jardines de Oleiros, David Puñal, explicó hace poco a este periódico que en Oleiros existen “más de 5.000 ejemplares” de los que 194 son municipales. El Ayuntamiento además se ha hecho cargo en los últimos años de hasta 49 ejemplares de propiedad privada, cedidos por sus propietarios porque “ya no pueden cuidarlos” debido al elevado coste de mantenimiento, sobre todo si es necesario, como ahora, realizar varios tratamientos al año para asegurar que no les afecte el picudo.

Las empresas que realizan estas talas afirman que hay dos grandes motivos para su gran propagación: la complejidad y el coste elevado de tenerlas en tratamiento continuo; y que una vez muertas, no se talan inmediatamente, quedan en pie secas, por lo que los coleópteros pueden volar a otras palmeras sanas para infectarlas, y además este ejemplares queda en peligro de derrumbe. Mientras en las fincas particulares de Oleiros se pueden ver palmeras secas o ya taladas por todas las parroquias, de los ejemplares municipales por ahora solo han muerto tres. Las de Santa Cristina concentran ahora los esfuerzos para conseguir que sobrevivan.

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