La mujer de la luna está en Teixeiro

La artista Carmen Seijas pinta un mural en homenaje a la naturaleza y la femineidad

Vista del mural de A Benzedeira

Vista del mural de A Benzedeira / La Opinión

Adrián G. Seoane

Adrián G. Seoane

A Benzedeira (“curandera” o “sanadora” en portugués) es la nueva obra mural de la pintora e ilustradora Carmen Seijas, realizada en colaboración con el artista visual Riaq Miuq, pareja de Seijas. Este es un trabajo con el que la muralista pretende plasmar la relación entre la mujer y los ciclos lunares en una época en la que “se ha perdido la conexión con la naturaleza”.

“Me contactaron del Concello de Curtis para hacer un mural y pensé que esta era una muy buena oportunidad para realizar una obra que representara no solo a la mujer del rural sino también a la mujer que está en contacto con la naturaleza y vinculada al misticismo”, explica la artista. “Ellas eran las que tradicionalmente administraban las medicinas o asistían los partos”, destaca.

Seijas posa ante el mural

Seijas posa ante el mural / La Opinión

La obra, situada en la avenida Martínez Pardo, también pretende revincular las calles de Teixeiro con “sus leyendas y tradiciones”, ya que en la pintura se pueden observar unas ramas de carballo que flanquean a las figuras de la mujer y la luna en referencia a la mitología de la zona. “Hay una leyenda en Teixeiro sobre un carballo que fue plantado en un lugar donde luego apareció la Virgen y que en la antigüedad era un espacio para la celebración de ritos celtas”, expone Seijas.

Según las fuentes orales de la leyenda, el carballo tenía unos 500 años de vida cuando los habitantes del lugar lo llevaron a un manantial de aguas milagrosas conocido ya por los antiguos pobladores de Teixeiro. El relato afirma que en una de las cavidades del tronco apareció la imagen de la Virgen de los Remedios, que ahora se venera en la iglesia del mismo nombre aunque, en realidad, el templo se construyó para cristianizar un lugar famoso por sus tradiciones y ritos paganos.

“Quería mezclar la representación de la mujer que trabaja en la naturaleza con la de la mujer que relata cuentos y leyendas tradicionales, toda esta mitología que esconde una moralidad sobre la vida”, señala Seijas, para quien el principal elemento de exaltación en su obra es “la reconexión con la naturaleza”. “Vivimos un poco al margen de los elementos, de los ciclos lunares, las mareas, el viento, la lluvia... Es algo que forma parte de nosotros y no podemos hacer como si no nos influyese”, manifiesta.

Seijas se muestra “muy satisfecha” con el resultado obtenido y con las opiniones que ha recibido de los vecinos de Teixeiro. “Es el primer mural que hago en una fachada de estas dimensiones y a la gente le ha gustado. Mientras lo íbamos pintando nos decían que le daba alegría a la zona, porque por aquí va mucha gente a pasear”, relata. La artista ya había participado junto a su pareja, Riaq Miuq, en otras obras murales, aunque esta es la primera que firma ella como autora. “Solemos ir juntos cuando tenemos trabajos de este tipo, así que a veces toca ser operario y otras artista”, explica entre risas.

La reconversión de espacios urbanos en auténticas galerías de arte se ha puesto de moda en Galicia en los últimos años, con ejemplos paradigmáticos en concellos como Ferrol —con sus famosas Meninas del barrio de Canido— u Ordes, que todos los años organiza el festival de arte urbano DesOrdes. Cada vez son más los ayuntamientos que apuestan por el muralismo para dar una nota de color a unos paisajes urbanos dominados por una gama de grises que van desde las fachadas de hormigón hasta los tejados de uralita. “Diría que es la primera vez que en España hay tantos murales, es algo bastante nuevo”, apunta Seijas.

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