Bergondo da un ultimátum a la Iglesia ante el grave deterioro de la rectoral de Guísamo
El Concello se reúne con el Arzobispado tras el desprendimiento de parte de la fachada y le advierte de que abrirá un expediente sancionador si no alcanzan ya un acuerdo de compra
La antigua rectoral de Guísamo languidece tras años de plegarias desatendidas. El derrumbe hace unos días de parte de la fachada de este edificio singular ha disparado las alertas y propiciado una reunión entre el Concello bergondés y el Arzobispado de Santiago que se saldó, nuevamente, sin acuerdos ni compromisos.
El grave deterioro de este edificio, que ya sufrió desprendimientos de la cubierta y de uno de los balcones, ha llevado al Concello a dar un ultimátum a la Iglesia: o cierra ya el acuerdo de venta que abra las puertas a la rehabilitación de la rectoral para fines sociales o el Ayuntamiento abrirá un expediente sancionador.
La advertencia llega unos días después de que el BNG alertase del nuevo derrumbe y denunciase públicamente la falta de avances de cara a la rehabilitación tras una década de conversaciones con la Iglesia que no han mejorado ni un ápice el estado del edificio, más bien todo lo contrario. El Concello bergondés propuso inicialmente un convenio de cesión por 75 años. Cifraba hace más de un lustro en 350.000 euros el coste de la rehabilitación. El importe, a día de hoy, sería mayor debido al agravamiento de los daños.
El Gobierno local plantea ahora como única opción la compra de la rectoral y ha solicitado al Arzobispado una nueva valoración del inmueble. Su deterioro motivó en el pasado mandato un desencuentro entre los socios en el Gobierno local, PSOE y Alternativa dos Veciños. El partido de la margarita anunció la apertura de un expediente sancionador al Arzobispado por su negativa a actuar pese a los reiterados derrumbes y un día después, el PSOE, negó este extremo y abogó por retomar las negociaciones con la Iglesia.
Una deuda con el cura José García Verdía
Desde hace años, un monumento al cura José García Verdía custodia su antigua vivienda. La rectoral es hoy para los vecinos la viva imagen de la desolación y un agravio a la memoria de este párroco, fallecido en 2011, al que muchos consideran el “mejor alcalde de Bergondo”.
Los vecinos ya habían intentado hacer una colecta para adecentar este inmueble en vida de José García Verdía, que residió en esta casa en condiciones precarias y que se negó a recibir ayuda: “Todo lo que tenía era para los demás”, recuerda una vecina, que ve en la rehabilitación del inmueble el mejor homenaje póstumo al hombre que llevó la traída de aguas a la localidad.
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