La gimnasta estadounidense Simone Biles logró la medalla de bronce en la final de barra de equilibrio en estos Juegos Olímpicos que cierra con una alegría, entre ovaciones, tras reconocer que por salud mental se vio obligada a retirarse del resto de la competición.

Simone Biles es medalla de bronce, logra su séptimo premio olímpico, pero esto es lo de menos. Lo más importante es que sonrió nada más bajarse de la barra, contenta con su ejercicio y con poner fin a la pesadilla que habrá vivido en Tokio 2020 por el estrés mental sufrido.

La gimnasta estadounidense, que debía ser la reina de la cita olímpica tras arrasar previamente en Río 2016, no pudo culminar la final completa por equipos. Reconoció el estrés, el querer primar su salud mental, y el no poder ejecutar con seguridad sus ejercicios. Fue día a día, midiendo sus fuerzas, y borrándose del resto de finales hasta enrolarse en esta barra de equilibrio, donde reinaba a nivel mundial. Hizo un buen ejercicio, de alta dificultad y bien ejecutado, tanto que se colgó el bronce cuando muchos daban la medalla individual por perdida.

Y con menos focos de lo habitual, pero mereciendo lo máximo, se llevó el oro la jovencísima gimnasta china, de sólo 16 años, Chenchen Guan por delante de su compatriota Xijing Tang.