La ironía es el antídoto contra la frustración al que recurre Chescasco, el colectivo de comerciantes y hosteleros del casco histórico de Betanzos, por los robos diarios de adornos navideños que ha colocado en las calles. En su perfil de Facebook, Chescasco se atribuye parte de la culpa por no haber instalado cámaras, cadenas con candado o incluso pastores eléctricos para disuadir a las "manos inocentes".