Opinión | Solo será un minuto

Te propongo un juego

Te propongo un juego. Sencillo y gratis. Sin manual de instrucciones. Basta con querer para poder. Sin efectos secundarios dañinos. ¿Duración? Quién sabe.

Primer paso: elige a una o dos personas que te importen mucho. Pero mucho muchísimo. Personas sin las cuales tu vida no sería la misma por todo lo positivo que han aportado o por todo lo negativo que han bloqueado. Personas cuya ausencia te causaría un vacío imposible de llenar.

Segundo paso. Coge papel y lápiz. No, no vale el ordenador ni el móvil ni la tablet. El soporte es importante en este caso para establecer una conexión libre de interferencias con lo que quieres expresar. Y si te equivocas, tachas. Una hoja con tachaduras tiene mucha más vida que una pantalla en la que solo tienes que seleccionar y suprimir para silenciar el error. O la duda. O el miedo a una palabra concreta que te descifre.

Y luego, escribe una carta en la que hagas saber a esas personas lo que pensarías, sentirías o recordarías si se fueran para siempre y ya no hubiera posibilidad de contacto. Cuántos malentendidos se quedarían fuera, cuántas confesiones iluminarían lo que os une desalojando sombras dañinas, cuánta memoria reviviría en plenitud compartida. Y al escribirlo, no escatimes elogios ni gratitud ni cariño. No dejes nada en el tintero. Calla los reproches que no aporten comprensión y deja paso solo a lo que enriquece vuestras vidas. Recuerda los buenos momentos y pide perdón o da explicaciones si hiciera falta, cuenta lo que no dices a la cara por pudor o miedo a hacer daño. Y luego entrega la carta. En mano. ¿Te atreves?

Suscríbete para seguir leyendo