Opinión

Albert Sáez

Enfangados en otra campaña electoral

Sin novedad en el frente. Arrancamos la campaña de las elecciones al Parlamento Europeo con una encuesta del CIS que da la victoria al PSOE. Nada nuevo. Como en las elecciones municipales y generales del año pasado. Pero ganó el PP. La empezamos dentro del marco mental generado por los voceros de la Moncloa sumados a los expendedores de fake news. Con dos anuncios tan espectaculares como vacuos: la retirada de la embajadora en Argentina y el reconocimiento de un Estado palestino que no existe. Estamos en el fango, con Sánchez y Abascal removiéndose mejor que nadie gracias al trabajo del ministro Puente y de las webs de la fachoesfera, dos caras de la misma moneda por mucho que Sánchez lo quiera jugar todo a la polarización exhibiéndose como el gran valedor contra la ultraderecha global. En el fango, todo vale porque nada se observa con nitidez. Qué triste no poder hablar de Europa y de lo que allí se cuece. La UE nos gobierna y en esta última legislatura ha dado pasos de gigante para, afortunadamente, hacerlo todavía más. Las tres grandes competencias que la Constitución reserva al Estado están ahora en manos de la UE: la moneda, la defensa y las relaciones exteriores. Y en la UE gobiernan, y posiblemente gobernarán, los que aquí son incapaces ni siquiera de pactar el Poder Judicial, el PP y el PSOE. Solo hay un riesgo: que la extrema derecha suba mucho y se ofrezca como alternativa.

La UE nos posiciona en el mundo pospandémico en condiciones de defender un modelo propio frente a EEUU y China. Un modelo basado en el contrato social: en el trabajo como principal vector de distribución de la riqueza, con unos impuestos con capacidad de asegurar la igualdad de oportunidades, sobre todo al principio y al final de la vida, en la educación y en la salud. Un modelo que para pervivir necesita más capacidad de innovación y dejar de experimentar la inmigración como un problema. En ese caso, igual que surgió, podría desaparecer como avisó Macron.