Un último acto solidario. Ayudar a los demás hasta cuando ya no se está físicamente para hacerlo. Este es el objetivo de quienes optan por dejar parte de su herencia a una ONG, una tendencia al alza. Pese a que los bautizados como legados o testamentos solidarios todavía son una minoría en España, se han disparado en los últimos años y sólo entre las 18 entidades que forman parte de la campaña Legado Solidario -Oxfam Intermon, Greenpeace, Unicef, Cáritas o Aldeas Infantiles, entre otros- el número de herencias recibidas se triplicó en diez años al pasar de las 116 del año 2005 en toda España a las 316 de 2014, un 172% más. "La tendencia está cambiando, antes había cierto miedo a hablar de esto, pero cada vez más la gente quiere decidir lo que quiere hacer con sus bienes cuando ya no estén", resalta la responsable de herencias y legados de Médicos Sin Fronteras, Elena Martínez.

Los datos de un estudio de Legado Solidario revelan que este tipo de testamentos aumentan poco a poco, pero eso sí a distinto ritmo según la comunidad. Madrid y Cataluña son las autonomías en donde más personas se animan a legar parte de sus bienes a una ONG o asociación (concentran el 19 y el 17% del total a nivel estatal entre los años 2010 y 2014), seguidas de País Vasco. Galicia se sitúa en la mitad baja de la tabla -es la novena y representa el 3% del total- en una clasificación que cierran Extremadura y Murcia. El perfil de quienes optan por esta vía es claro: el 73% de las herencias recibidas en las 18 entidades que conforman Legado Solidario entre 2010 y 2014 procedían de mujeres que en siete de cada diez casos estaban solteras. Y pese a la creencia de que en la mayoría de los casos quien dona es alguien que ya colaboraba con la entidad, no siempre es así. De hecho, el 52% de los legados recibidos -según este estudio en el que no se incluye a todas las entidades sin ánimo de lucro- procedían de quienes no eran socios de la ONG.

"Tal vez no lo habías pensado pero los bienes de los que disfrutas hoy podrían salvar vidas en el futuro", "Aún cuando ya no estés, tu puedes luchar por un mundo más justo" o "Tu solidaridad se extenderá a futuras generaciones" son algunos de los lemas que utilizan ONG españolas para remover conciencias y dejar claro que con sólo una pequeña aportación podrán realizar una labor de ayuda a los demás. Cada entidad destina lo donado a los proyectos en los que centra su actividad -la Asociación contra el Cáncer a fomentar la investigación y ayudar a enfermos y sus familias o Greenpeace a luchar por preservar el medio ambiente- pero muchas ONG ponen ejemplos para saber en la práctica en que se traducirán los bienes legados. "Con 3.220 euros, diez familias de Mauritania podrán asegurar su alimentación, cultivando maíz, sorgo y chiles y con 7.000, 155 familias de República Dominicana podrán construir tres refugios para poner a salvo a su ganado ante posibles huracanes", explican en Oxfam Intermon. "Tus ahorros se pueden transformar en miles de vacunas contra la polio y el sarampión, tu coche en tratamientos para tratar la desnutrición aguda o tu vivienda en una escuela", añaden en Unicef o desde Cáritas concretan que con 40.000 euros se puede "formar a 15 personas durante seis meses para que mejoren sus capacidades para encontrar un empleo". Eso sí, desde las ONG, reconocen que aunque quien testa puede concretar con detalle su voluntad y dejar escrito a dónde quiere exactamente que se destine su dinero, lo habitual es que no se especifique y vaya a los fondos generales de las entidades para afrontar las necesidades que existan en ese momento. "No se suele indicar que la herencia vaya para un proyecto en concreto porque desde que se hace el testamento hasta el fallecimiento igual ese proyecto ya no está activo", explica la responsable territorial en Galicia de Oxfam Intermon, Maika Beltrán.

Desde las ONG resaltan que dejar parte de la herencia a una entidad sin ánimo de lucro es sencillo y no perjudica al resto de herederos. Basta con acudir a un notario y a la hora de especificar el reparto de bienes indicar que se quiere destinar la parte que consideren oportuna a una o varias entidades, de las que hay que facilitar el CIF y el domicilio social. Una vez fallecida la persona, el notario comunicará a todos los herederos el contenido del testamento.

A la hora de legar a una entidad sin ánimo de lucro sirve cualquier bien desde dinero en metálico hasta vehículos, viviendas o muebles. En el caso de estos últimos, las ONG suelen ponerlos a la venta para transformarlos en dinero con el que hacer frente los proyectos en los que trabajan salvo que la voluntad del finado sea por ejemplo, que su vivienda se utilice con determinado fin social. Y más allá de los últimos deseos de los fallecidos, muchas veces son las familias quienes hacen de esta ausencia un acto solidario. Pedir que no envíen flores y las sustituyan por donaciones a ONG es una de las opciones.