Las localidades pontevedresas de Mondariz y Mondariz Balneario están separadas por solo dos kilómetros, pero la enfermera María Adelaida Antelo realiza muchos más cada día en el particular periplo diario que es su jornada. Antelo se traslada a primera hora de la mañana al centro de salud de Mondariz, donde pese a no tener consulta, asegura que realiza analíticas "o echo una mano en lo que se precise". Sobre las 09.30 horas se desplaza hasta el pequeño consultorio de Mondariz Balneario, donde ya sí Antelo tiene su propia consulta y atiende a los pacientes que lo precisen. Una labor in situ que compagina con la atención a domicilio. "Tenemos pacientes encamados a los que acudimos a su casa para realizar las curas o incluso extracciones", indica esta enfermera que asegura sentirse "contenta" con esta plaza que ocupa en su lugar natal desde hace casi 6 años.

Una vez finaliza con sus pacientes en la zona Balneario, regresa al ambulatorio de Mondariz para ayudar en lo que sea necesario. "Los pacientes de Mondariz Balneario sólo deben acudir a Mondariz a los análisis. Es una ventaja mantener el consultorio porque aquí hay mucha gente mayor y muchos no pueden desplazarse salvo que sea en taxi", indica Adelaida, quien reconoce que al ser de allí y un lugar con pocos habitantes „ "600 o 700"„, "el trato es muy cercano, nos conocemos todos". "Somos un poco como el médico y la enfermera de antes y tenemos un cupo reducido. Además no nos podemos quejar porque si alguna de las dos coge una baja siempre nos sustituyen durante esos días", sostiene esta enfermera, que reconoce que los recursos tampoco son iguales en los dos centros. "Si viene una urgencia o si tenemos que hacer una nebulización en el consultorio, ya no puedo atender al resto de pacientes, solo tenemos mi consulta y la del médico, es todo más precario", indica.