Vuelven los pantalones de talle alto, los estampados tie-dye y las riñoneras. Todas las tendencias del pasado regresan en un momento u otro y, según los gustos, pueden resultar irritantes, pero si hay un revival peligroso, que nadie quiere lucir en su cuerpo, es el de las características erupciones del sarampión. Esta indeseable moda ha vuelto con fuerza en el barrio más cool del mundo, Brooklyn, en Nueva York, y alrededor de 650 personas han sido puestas en cuarentena en Los Ángeles. Hasta el presidente Donald Trump, que en el pasado había dado pábulo a las absurdas teorías que vinculaban las vacunas con el autismo, ha recomendado a la población que se vacune. En Estados Unidos suman más de 600 casos en 22 estados. ¿Debemos alarmarnos, aunque haya un océano de por medio?

Para Federico Martinón, jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Clínico Universitario de Santiago y coordinador del Centro Colaborador de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Seguridad Vacunal de Santiago, la situación global en relación al sarampión y el rebrote de esta grave enfermedad es "sin duda alarmante", sobre todo, dice, porque obedece a uno motivo "absurdo", como es dejar de vacunar, ya que "existe una vacuna muy efectiva".

En plena Semana Europea de la Inmunización el pediatra intensivista y divulgador científico Alberto García Salido alertaba sobre la posible necesidad de vacunarse contra el sarampión a los nacidos después de 1970. Avisaba a aquellos que no habían pasado la enfermedad y desconocían si estaban vacunados. "Esto no ocurre solo por ser antivacunas", precisaba.

Preguntado por LA OPINIÓN sobre los motivos de este aviso, Federico Martinón explica que en España, la vacunación del sarampión se inició en los años 70, de forma sistemática a partir de 1978. "Hasta entonces se asume que todo el mundo estuvo en contacto con la enfermedad y por tanto, si superó la enfermedad, adquirió protección inmunológica „destaca„. Sin embargo, luego aprendimos que no era suficiente una sola dosis de vacuna de sarampión, ya que algunas personas no respondían suficientemente con una única dosis, con lo que en los 80 se empezó a vacunar con dos dosis, incluyendo definitivamente en el calendario sistemático nacional la vacunación con dos dosis frente al sarampión en el 1995".

Entre los años 1970 y 2000 coincidieron más cambios: empieza a disminuir la exposición natural frente al sarampión gracias a la vacunación por un lado, y por otro hay gente que no se vacunó o que solo recibió una dosis diferente dependiendo de en qué comunidad autónoma perteneciese. "Es por ello por lo que en esa generación nacida entre 1970 y 2000 puede haber personas que no estén al 100% protegidas frente al sarampión, o bien lo estén pero lo desconozcan porque no recuerdan si sufrieron la enfermedad o si están parcial o totalmente vacunados", subraya el experto gallego.

Si pertenecemos a esa generación, ¿cómo saber a ciencia cierta si estamos inmunizados? Es muy posible que no recordemos si hemos pasado la enfermedad, o que la confundamos con la varicela, y no suele ser habitual que se conserven las cartillas de vacunación después de casi 50 años... El investigador clínico del CHUS dice que se puede determinar si la persona está protegida o no mediante un análisis de sangre, una serología, pero que en general no merece la pena realizar esa prueba. "Es más sencillo vacunar sin más, completando con la dosis de vacuna que faltaba si es el caso, o recibiendo la pauta completa si no lo sabe, es decir, con dos dosis separadas al menos un mes", precisa Martinón. Si la persona ya estaba protegida, la vacuna no le hará daño, al contrario, reforzará sus defensas. "Y si no lo estaba, después de vacunarse sí que estará protegida, algo importante por lo que pueda pasar", destaca.

¿Y qué puede pasar? Federico Martinón coincide con la ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, en cuanto a que en España la situación es buena en comparación con otros países del continente, ya que aquí "la transmisión de la enfermedad está interrumpida, y solo se producen casos importados o pequeños brotes autolimitados a partir de estos casos importados".

Un total de 35 europeos perdieron la vida el año pasado por las complicaciones del sarampión, que se suman a los 34 de 2017, según los datos del Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC). Grecia, Eslovaquia, Rumanía y Francia „donde la confianza en las vacunas se ha reducido de forma alarmante„ fueron los países más afectados. Los casos se han triplicado en Europa desde 2016, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El jefe del Servicio de Medicina Preventiva y Epidemiología del Hospital Clínic de Barcelona, Antoni Trilla, dijo el pasado martes que este regreso del sarampión "es una barbaridad, un desastre. Sobre todo porque tenemos una excelente vacuna, con una protección del 97% y que es muy segura. Además, el sarampión, como la viruela, es erradicable, pero ahora parece que vamos para atrás, entre otras cosas por la falta de confianza en las vacunas", lamentó.

El pasado día 15 de abril se informó de un brote epidémico de sarampión en Guadalajara, con seis adultos afectados, aunque sólo dos necesitaron hospitalización. Desde el Ministerio de Sanidad se pusieron en contacto con las personas que han mantenido un contacto más directo con los afectados para que revisasen su calendario de vacunación, por ser susceptibles de padecer la enfermedad. Se considera que existe un brote epidémico en el momento en el que se registran más de tres casos en proximidad y tiempo.

El presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV), Amós García-Rojas, recordó esta semana que "nunca, nunca, nunca se puede bajar la guardia" a la hora de la vacunación, poniendo como ejemplo el sarampión, una enfermedad "que se pensaba eliminada en Europa" y que ahora "está irrumpiendo de forma absolutamente tremenda".