Los relojes vuelven ea retrasarse en España para recuperar el horario de invierno y lo hacen, además, sin que exista ninguna evidencia o informe actualizado que avale que estos cambios suponen de verdad un ahorro energético. Los cambios dividen a la sociedad, que mayoritariamente prefiere el horario de verano, a los gobiernos europeos „la Comisión ha retrasado hasta 2021 la posible anulación de los cambios horarios ante la falta de consenso„ y a los científicos que han analizado las ventajas e inconvenientes de cada horario y el impacto sobre la salud, la economía y los hábitos de vida de los ciudadanos.

Los informes europeos, recordó el Ministerio para la Transición Ecológica, revelan que los ahorros que se pueden producir en el consumo de energía son marginales y que no hay además certeza de que esos ahorros se obtengan en todos los estados miembros.

Los análisis europeos señalan, también, que se podría registrar un ahorro en iluminación, pero no en calefacción, y que en cualquier caso todos los resultados estarían determinados por factores como la meteorología y geografía de cada lugar y el comportamiento de los usuarios.

En España no existen informes actualizados que permitan asegurar que el cambio de hora lleve asociado un ahorro energético, según el mismo Ministerio, que señaló que las nuevas exigencias de eficiencia en iluminación, los modernos sistemas de climatización, o la progresiva introducción del autoconsumo alteran "significativamente" los análisis que se utilizaban hace años para calcular esos datos.