Las autoridades de Corea del Sur han analizado en una semana a más de 35.000 personas en relación con un brote de coronavirus detectado recientemente en Seúl, lo que supone un gran despliegue para tratar de evitar un nuevo repunte de casos en el país asiático. El nuevo gran foco se identificó el pasado 6 de mayo cuando un varón de 29 años dio positivo tras visitar cinco bares.