Una comunicación científica sobre un estudio llevado a cabo en catorce centros españoles y coordinado desde la Universidade da Coruña (UDC) acaba de ser reconocida en el Congreso Mundial de Fisioterapia que se celebró del 9 al 11 de abril. Se trata de un trabajo sobre fisioterapia respiratoria —que busca actualizar unos parámetros que guían las terapias a seguir en función de la fuerza que presenten los músculos respiratorios del paciente y que no se revisaban desde 1997— que logró situarse entre los 38 mejores de los más de 1.180 presentados por profesionales de 122 países y ser el único español que logró un premio. “Es muy relevante. Ver reconocido el trabajo de los dos últimos años y medio en un congreso de esta envergadura supone un estímulo muy importante para seguir adelante con la línea de trabajo que tenemos”, señala la coordinadora de esta investigación y profesora de la facultad de Fisioterapia, Ana Lista.

A la hora de trabajar con pacientes con enfermedades respiratorias, los fisioterapeutas precisan conocer la fuerza de los músculos relacionados con la respiración, ver si tienen alguna debilidad “para poder entrenarlos” y aplicar las técnicas más adecuadas. Para ello hay unos parámetros establecidos en cada país y que varían en función del sexo, la talla, edad o el peso. Igual que ocurre, por ejemplo, con algunos medicamentos infantiles —cuya dosis se marca en función del peso del paciente—, los fisioterapeutas precisan conocer los parámetros comunes en quienes cumplen el perfil del paciente para ver si está por encima, por debajo o en la media y así trabajar adecuadamente con ellos. “Las ecuaciones de referencia para la población española adulta sana de las presiones respiratorias máximas y presión nasal en inhalación máxima que se utilizan ahora son de 1997 cuando lo aconsejable es actualizarlas cada diez años. Antes de este trabajo, desde la UDC hicimos un estudio y vimos que ya no se ajustaban a los valores actuales”, indica Lista, quien añade: “No solo han cambiado los hábitos de vida en 20 años sino también las técnicas de análisis computacional”.

Con este objetivo, hace dos años y medio se puso en marcha un estudio multicentro para realizar mediciones a más de 700 voluntarios sanos y fijar los nuevos parámetros de referencia. Coordinado por la UDC y financiado por el Colexio de Fisioterapeutas de Galicia y la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, en el estudio participan 24 investigadores de catorce centros de todo el país, entre ellos el Hospital de A Coruña, y cuenta con dos asesores externos de la Universidad de Chile y de la Federal do Río Grande do Norte (Brasil). “Es un trabajo en equipo en el que además hemos tenido que entrenar a quienes participan porque tenemos que hacer exactamente todos lo mismo”, explica Lista, quien recuerda que ella misma fue centro por centro “para realizar un control de calidad y ver que se cumplía el protocolo”.

Para las mediciones, los expertos realizan una entrevista a cada voluntario, analizan su nivel de actividad física o de capacidad pulmonar y realizan una serie de pruebas que determinan realmente la situación de sus músculos respiratorios. “Es muy importante saber si un paciente tiene debilidad en ellos porque está muy relacionado con la sensación de falta de aire y además así podremos entrenarlos. Igual que si uno tiene debilidad o falta de fuerza en una pierna o un brazo, aquí también se puede trabajar”, señala esta fisioterapeuta, que aclara que las ventajas de tener unos parámetros comunes sobre los que guiarse no solo ayudarán a profesionales de su rama. “Esto tendrá un gran impacto a nivel biomédico porque estas pruebas las usamos todos los que estamos implicados en las enfermedades pulmonares o neuromusculares, con pacientes con ictus, problemas de obesidad o cardíacos, etc. y es algo que realmente se necesita a nivel clínico”, indica Lista.

Pese a que contaban con tener finalizada la investigación a inicios de 2020, la pandemia se interpuso en su camino. “Tuvimos que parar las mediciones cuando llevábamos unas 300 porque son pruebas que suponen generar aerosoles y aunque se tomen medidas de precaución, no era el momento. Esperamos poder retomarlas en septiembre y tenerlos finalizado en 2022”, dice Lista, que afirma que contar con estas ecuaciones actualizadas habría sido una “gran herramienta” con los pacientes COVID.

Precisamente, Lista participó la semana pasada en una mesa redonda —coordinada por la profesora de la UDC Sonia Souto— del Congreso Nacional de COVID en donde se analizaron los retos de la telerrehabilitación, un sistema de atención a distancia que tomó impulso durante la pandemia. “Uno de los retos es garantizar la calidad del proceso, que el paciente realice bien los ejercicios que se le pautan”, señala Lista, que reconoce que este sistema permite “romper las barreras geográficas del acceso o reducir los tiempos de espera”, pero no “sustituirá” nunca la actuación del fisioterapia.