Ser matemático seduce cada vez a más jóvenes. Solo el curso pasado, la facultad de Santiago —la única en la que se ofrece esta titulación en Galicia— tuvo más de 800 solicitudes para las 110 plazas que oferta en primero. Un boom generado por la alta demanda de estos titulados y ser de las pocas profesiones que pudo sortear las crisis económicas, pero que también tiene sus sombras. La gran mayoría opta por irse a la empresa privada cuando finaliza la carrera y ya hay comunidades que alertan de que tienen problemas para encontrar a profesores de Matemáticas. Se calcula que en las últimas oposiciones de enseñanza celebradas a principios de verano quedaron vacantes 720 plazas para docentes de esta materia en todo el país, seis de ellas en Galicia. Para la Federación Española de Sociedades de Profesores de Matemáticas es clave aumentar el número de plazas en las facultades e “intentar que se vea con buenos ojos la opción educativa”, sostiene su presidente, Onofre Monzó.

Pero que una gran mayoría de los matemáticos decida encaminar su vida laboral lejos de las aulas no es algo nuevo. “Ya en un estudio que realizamos en 2007 revelaba que solo entre el 38 y 39% de los titulados acababa en el ámbito docente, el resto estaba en consultorías, la banca o empresas”, sostiene la década de la facultad de Matemáticas de Santiago, Elena Vázquez, quien recuerda que uno de sus profesores “ya trabajaba también en el software de una empresa pizarrera” o como hace casi 200 años el gallego Domingo Fontán, matemático, fue el creador del primer mapa topográfico y científico de Galicia. Eso sí, reconoce que ahora “se da más visibilidad” a todas las salidas que tiene el ser matemático y que hay una serie de factores que agudizan la situación en los institutos. “Es cierto que hay muchas jubilaciones en las enseñanzas medias, que han aumentado las horas de la asignatura y que ahora con los desdobles por el COVID hay todavía más demanda”, explica Vázquez que sostiene que de las 97 plazas ofertadas en las últimas oposiciones en Galicia, seis se quedaron sin cubrir y otras se cubrieron con especialistas en otras materias. Pero en otras autonomías la situación es mucho peor: en Cataluña o la Comunidad Valenciana más del 30% de plazas convocadas quedaron desiertas, según informa El País.

¿Cómo solucionar este déficit? Los expertos creen que es clave aumentar las plazas en las facultades —en Santiago se pasó de 100 a 110— y las vacantes para estos titulados en el máster de enseñanza, pero también fomentar las vocaciones hacia la docencia. Para Vázquez, desde la facultad hay “una apuesta muy grande por la enseñanza media” ya que “somos conscientes de que las vocaciones quienes las generan, además de la labor divulgativa o mediática que habla de las salidas, son nuestros colegas que dan clase en enseñanzas medias porque ellos son el espejo en el que se reflejan los alumnos, es a los primeros a los que les preguntan”. “Es cierto que igual no es como antes que entrábamos en la facultad con el monóculo de ver como única salida la docencia, pero sigue habiendo un porcentaje de alumnos que quiere ser profesor y no es tanto que ahora a los matemáticos no nos guste dar clase sino que ven que hay otras cosas”, sostiene Vázquez. Otros compañeros de profesión sí creen es necesario fomentar que la enseñanza se vea “con buenos ojos” y que quienes lleguen a las aulas lo hagan realmente con vocación. “Si estoy en un instituto solo porque tengo que comer a final de mes pero lo que me gustaría es trabajar en el CSIC o en la Agencia Espacial Europea, tenemos un problema. No solo hay que dominar la materia y la didáctica específica. Hay que mostrar afecto”, subraya el presidente de la Federación de Sociedades de Profesores de Matemáticas.

Y mientras en algunas comunidades hacen números para cubrir todas las plazas de profesores de Matemáticas, la demanda de estos titulados por parte de las empresas se ha disparado y esto influye en que cada vez haya más interés por estos estudios. “Es una suma de varias cosas: las salidas que tiene y que el paro en los titulados no se ha visto afectado por la crisis”, indica la decana de Santiago, quien reconoce que en los últimos años se ha cambiado la percepción sobre esta profesión. “Se ha pasado de ver las matemáticas como un problema a ser algo de prestigio, a ver a estos profesionales como constructores de soluciones”, indica.

Solo con ver los másteres que ofrece la facultad gallega —en investigación, en estadística y el encaminado a la industria— se puede ver el amplio abanico de salidas que tienen los matemáticos. Desde trabajar en una consultoría, en cuestiones estadísticas y la banca hasta colaborar en diferentes tipos de industrias (pizarreras o creadoras de boyas marítimas inteligentes, por ejemplo) o todo tipo de empresas vinculadas a las nuevas tecnologías. Las simulaciones, otro terreno para los matemáticos. “Ahora con el COVID, por ejemplo, no solo se trata de analizar datos sino de estudiar cómo se propaga el virus con los aerosoles. Para eso se hace una simulación y ahí trabajan matemáticos como en muchas otras simulaciones en el ámbito de la medicina”, sostiene Elena Vázquez, quien resalta que estas múltiples salidas no son para nada algo nuevo aunque quizás, “antes podía ser más opaco, no se veía tanto”.

Y si las plazas para ser profesor de Matemáticas en instituto no se cubren por quienes han recibido la formación idónea para ello, hay otros profesionales que aprovechan la oportunidad. En la Universidad Autónoma de Barcelona, por ejemplo, reconocen que solo el 25% de quienes cursan el máster de profesorado de Matemáticas tiene esta titulación. Más de la mitad son ingenieros que se vieron afectados por la crisis de 2008, pero también hay arquitectos o economistas que quieren dar el paso a enseñanza. Todos pasan una prueba de acceso.

“Las empresas valoran mucho cómo los matemáticos encaran y resuelven los problemas”

Más allá de los conocimientos que adquieren en la carrera y que son claves para el desarrollo científico y tecnológico o en el análisis de datos, la decana de la facultad de Matemáticas de Santiago, Elena Vázquez, reconoce que los titulados en esta carrera tienen una serie de características que los hacen más atractivos para las empresas. “Hay competencias de nuestros egresados que son muy reconocidas como el ser trabajadores eficaces, que encaran los problemas con la motivación de resolverlos. Al tener una base de conocimientos muy sólida si luego hay que añadir otros de la banca u otros sectores, tenemos el oído blando para escuchar y resolver problemas y esto se valora mucho”, indica. Todo ello hace que cada año sean más los jóvenes interesados en matricularse en Matemáticas, lo que hace que aumente notablemente la nota de corte. Ahora mismo para hacer el grado se precisa un 12,09 de nota media y supera el 13 si se quiere optar por el doble grado con Física o con Ingeniería Informática. “Hemos notado también que han mejorado las tasas de éxito en las materias”, señala Vázquez que reconoce que le da pena “ser conscientes de que estamos renunciando quizás a esos alumnos que son muy buenos en matemáticas pero no hacen el esfuerzo que se ahora conlleva esta nota en el resto de materias”. A quienes dudan si hacer o no esta carrera, les anima. “Dudar para un matemático es ir por el buen camino. Es una profesión con muchas opciones de trabajo pero en la que hay que esforzarse bastante, hay que estudiar más de lo que parece”, sostiene.