El uso cotidiano de gafas premontadas puede provocar trastornos visuales

“Adquirirlas por cuenta propia es equiparable a automedicarse”, advierte Eduardo Eiroa, presidente de los ópticos gallegos, que explica que actúan simplemente como una lupa

Una mujer, con unas gafas en las manos. |  // LOC

Una mujer, con unas gafas en las manos. | // LOC / ágatha de santos

ágatha de santos

Las gafas premontadas graduadas o gafas de cerca prefabricadas —lentes esféricas de igual potencia en ambos ojos destinadas solo para un uso ocasional— se venden de forma indiscriminada en farmacias, gasolineras, tiendas de regalo, bazares, estancos, bazares, supermercados y también por internet sin contar en la mayoría de los casos con controles administrativos ni asesoramiento de profesionales especialistas en salud visual. Sin embargo, su utilización de forma usual y cotidiana para corregir la presbicia o vista cansada puede provocar importantes trastornos visuales, que pueden ser especialmente graves en aquellas personas que ya tienen anomalías en la visión y lo desconocen. Así lo aseguran desde el Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia, que desaconseja su uso.

“Las gafas premontadas ayudan a enfocar de cerca, pero son un instrumento para salir del paso. Adquirirlas por cuenta propia es equiparable a automedicarse. Nunca son las gafas más adecuadas, porque solo un 5% de la población tiene la misma graduación en los dos ojos”, alerta Eduardo Eiroa, presidente de este organismo colegial.

Los ópticos-optometristas recuerdan que la presbicia, una disminución natural de la capacidad de acomodación ocular que impide ver nítido a distancias próximas, debe de ser diagnostica por un óptico-optometrista o por un oftalmólogo y suele estar enlazada a la existencia de diferentes disfunciones como el astigmatismo, la anisometropía, hipermetropía o miopía.

Estos especialistas añaden que este tipo de gafas solo se ajustan a las necesidades de un porcentaje mínimo de la población que no llega ni al dos por ciento. El colectivo indica que en las gafas premontadas la graduación de ambos ojos es la misma y no corrigen el astigmatismo, además de que la distancia de los centros ópticos no suele coincidir con la que necesita el usuario y, lo que es peor, el centrado vertical de ambas lentes no suele ser el mismo (están a diferente altura). Así, destaca que estos descentramientos en las lentes pueden provocar desequilibrios binoculares en los usuarios que tendrán que hacer un esfuerzo mayor para conservar la binocularidad y poder tener una visión relativamente cómoda. Además la calidad, tanto de la montura como de las lentes, es muy inferior a la de cualquier otra gafa. “La mala calidad de imagen que proporcionan junto con los problemas binoculares que producen, provoca una disminución del rendimiento del sistema visual del usuario en visión próxima”, afirma.

Eiroa sostiene que la adaptación individualizada por parte de un óptico-optometrista es imprescindible porque cada persona presenta unas características morfológicas y anatómicas distintas. En este sentido, insiste en que este tipo de gafas son la solución idónea para la presbicia, ya que carecen de esa adaptación previa. “Las gafas premontadas para vista cansada actúan simplemente como una lupa, con igual graduación en ambos ojos, ignorando aspectos como la visión binocular o el astigmatismo que podamos sufrir, con lo cual jamás serán la solución más útil contra la vista cansada”, señala.

La empresa pagará las lentes si son para trabajar con pantallas

Las empresas tendrán que pagar las lentes graduadas o lentillas a aquellos empleados que trabajen con pantallas y que las necesiten para ello, según una sentencia de la Sala Segunda del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE). La empresa puede cumplir con este requisito con dos vías: facilitando directamente las gafas o las lentillas al empleado que las necesite o con el reembolso de los gastos. Este fallo responde a una cuestión prejudicial presentada por un tribunal de Rumanía que se refiere al caso de un trabajador de la Inspección General de Inmigración del Departamento de Cluj. El trabajador implicado denunció que su labor diaria delante de una pantalla le provoca un deterioro paulatino de la vista y solicitó el pago del artículo.

Suscríbete para seguir leyendo