A por otra dosis de suerte

Cientos de personas hacen cola a lo largo del día en El filón de oro, que repartió 162 millones en la Lotería

Gatocán, que vendió participaciones del número agraciado, advierte: “La protectora solo se lleva un euro del donativo; todas las aportaciones son bienvenidas”

Un día después de la lluvia de millones que cayó sobre A Coruña en el Sorteo Extraordinario de Navidad, que tuvo en la ciudad uno de sus puntos calientes en el reparto del segundo premio, las cosas se van poniendo en su sitio para los agraciados y para los encargados de repartir esas dosis monetarias de felicidad. Gran parte de esos millones salieron de Rúa Nova, cuya administración de loterías, El filón de oro, hizo honor a su nombre y repartió 162,5 millones de un segundo premio, el más alto que les ha tocado dispensar en sus 36 años de historia. Ayer, sus trabajadores celebraron el éxito... trabajando. No tuvieron, en sus ventanillas, un respiro en su jornada, que contó con grandes colas frente a la administración, formadas por personas que acudían a por una segunda dosis de suerte. Donde cae una vez, puede caer otra.

Más de la mitad de los 4.500 boletos del 58303 se vendieron a la Asociación Protectora de Animales Gatocán, con sede en Coirós. También están las cosas más reposadas la asociación animalista, cuyos integrantes ayer, finalmente, tuvieron la oportunidad de sentarse y valorar todos los acontecimientos de la última jornada. “Fue tremendo, tremendo. Tuve tantas llamadas que no fui capaz de devolverlas. Estaba contestando a una y ya me estaban entrando cinco o seis más, y así hasta pasadas las 22.30 de la noche. Mi marido estuvo a punto de pedirme el divorcio”, cuenta entre risas la presidenta de Gatocán, Beatriz Martín.

La noticia de que una protectora de animales se llevaba un jugoso trozo del gran pastel de la Lotería fue una de las más comentadas y celebradas el viernes en redes sociales, pero hoy sus integrantes quieren matizar el éxito y ponerlo en contexto: “En las noticias salió que a Gatocán le tocó la lotería y no es así del todo, porque hubo alguna persona que comentó que ya no necesitaremos su cuota. ¡Es lo que nos faltaba, que la gente se nos dé de baja!. La protectora no se lleva nada de esos miles de euros. Se lleva el donativo del euro de cada participación que quiso donar la gente que las compró. Lo que sí, nos queda la alegría de haber repartido nosotros ese dinero”, dice la presidenta de la entidad, que confía, no obstante, en que algo de la alegría que Gatocán repartió entre sus socios, simpatizantes y todos los vecinos que se acercaron a comprar décimos a sus stands informativos, les venga devuelta. Para ello, tira de refranero: “Es de bien nacido ser agradecido”. Y, adelanta, empezará ella predicando con el ejemplo. “Yo así o haré, por mi parte. Hay otras personas muy implicadas que también nos adelantaron que algo donarán. Creemos que algo se quedará en Gatocán, sí”, augura.

El premio llega en un momento que definen como “estratégico” para la protectora, donde un empujoncito económico es siempre necesario, máxime si, como ahora, tienen planes de expansión para dar respuesta a la alta demanda que experimentan. “Hemos comprado una finca colindante a buen precio, porque estábamos muy saturados. Estábamos gestionando con unos y con otros para conseguir dinero para la ampliación. Todo lo que venga ahora vendrá de maravilla para financiarlo. Pensábamos que tendríamos que hacerlo por fases, pero ahora espero que podamos hacerla entera”, dice Beatriz Martín. Gatocán ganará una sede de 6.000 metros para que sus animales puedan vivir en las mejores condiciones, y sus integrantes, un respiro a su esforzada labor. “El viernes me acosté con dolor de cabeza y de garganta. Hoy (por ayer) el día fue algo más tranquilo. Las llamadas son cada diez minutos”, resume.