El arzobispo de Santiago, en las ‘quinielas’ para presidir la Conferencia Episcopal

El perfil moderado de Francisco José Prieto lo sitúa entre las cuatro opciones que suenan con fuerza para concentrar los votos de los obispos progresistas y conservadores

Francisco José Prieto, en la celebración previa a su toma de posesión, el pasado junio. |  // ANTONIO HERNÁNDEZ

Francisco José Prieto, en la celebración previa a su toma de posesión, el pasado junio. | // ANTONIO HERNÁNDEZ / Arturo Reboyras

Arturo Reboyras

Monseñor Francisco José Prieto es uno de los cuatro nombres que con más fuerza suenan para presidir la Conferencia Episcopal Española (CEE), que renovará sus cargos ejecutivos el próximo 5 de marzo. El portal especializado Religión Digital sitúa al arzobispo de Santiago como uno de los candidatos con más posibilidades para hacerse con las riendas del órgano de gobierno de la Iglesia católica española. La principal de sus virtudes, destaca el citado medio, es su posición de equilibrio entre corrientes y su capacidad para poder conseguir apoyos de los sectores conservador y progresista del episcopado español.

De las elecciones a la presidencia de la CEE se habla desde hace meses y los dos primeros nombres que han surgido como candidatos fueron los de los arzobispos de Madrid, cardenal José Cobo; y Valladolid, monseñor Luis Argüello. El primero representaría al sector más progresista del episcopado español y se presentaría, además, como el candidato del papa Francisco. Mientras que el segundo respondería a las pretensiones del sector más conservador. Entre ambos se disputaría en un principio el cargo que ahora ocupa el arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, de tendencia progresista.

Sin embargo, en las últimas semanas han empezado a sonar otros dos prelados con posibilidades, principalmente por sus perfiles moderados: el arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses; y, como decíamos, el arzobispo de Santiago. Los expertos indican que “la figura emergente de monseñor Prieto podría aglutinar los votos del sector pro-Cobo y no suscitar vetos por parte del conservador”. Surge ahí la posibilidad del titular de la Mitra compostelana de hacerse con la presidencia de la Conferencia Episcopal.

Cabe recordar que en la CEE no se sigue el modelo habitual en los procesos electorales: no se presentan candidatos ni candidaturas de modo formal, sino que los obispos con derecho a voto en la asamblea general proceden con la libertad y con el criterio de votar a los prelados que consideran idóneos para los diversos cargos de la CEE, entendiendo siempre esta muestra de confianza como un servicio pastoral y de comunión a la Iglesia en España. Los cargos se elegirán mediante votación secreta. Cada votación va precedida de una votación de sondeo (que no es vinculante y sirve como información para los obispos). Para la elección de los cargos de la CEE se necesita mayoría absoluta (la mitad más uno) de los presentes en cada una de las votaciones; y para cada elección, si en las dos primeras votaciones nadie obtiene la mayoría necesaria, se procede a una tercera votación entre los dos obispos más votados. Si en esta votación hubiera empate, resultaría elegido el de mayor edad.

Según ha podido saber El Correo Gallego, del mismo grupo editorial que LA OPINIÓN, de una fuente cercana a monseñor Prieto, el prelado es consciente de que “todos los obispos deben estar disponibles para aquellas responsabilidades y tareas que se les pidan y encomienden”. No obstante, también es cierto que “su misión preferente se llama Santiago de Compostela”. En la Archidiócesis de la que tomó posesión en junio de 2023 ha emprendido una serie de reformas que tienen como objetivo adaptar los recursos a las necesidades actuales de la Iglesia particular. Inmerso en estos cambios, como adelantó recientemente este diario, está el titular de la Mitra jacobea. El nuevo arzobispo se ha marcado una intensa hoja de ruta que ha comenzado con la renovación de la Curia diocesana y de las delegaciones pastorales y continúa con la reestructuración territorial de la Archidiócesis, con la fusión de arciprestazgos o parroquias en unidades pastorales adaptadas a las posibilidades de atención.

El citado medio especializado en información religiosa sitúa a monseñor Luis Argüello, arzobispo de Valladolid, como el candidato con más posibilidades entre los cuatro prelados que suenan para presidir la CEE. ¿El motivo? Su experiencia como secretario general de esta institución durante los mandatos de los cardenales Ricardo Blázquez y Juan José Omella, entre 2018 y 2020.

Aunque se le identifica como representante del sector más conservador, los expertos ven posible que consiga los votos necesarios, es decir, mayoría absoluta, para presidir la CEE. Monseñor Argüello ya es conocedor del funcionamiento interno de la institución y también del proceder en las relaciones con otros organismos públicos o privados. Además, su mandato se limitaría a un periodo de cuatro años, no pudiendo renovar por motivos de edad. En cambio, José Cobo, considerado como hombre fuerte del Papa en España, tiene tan solo 58 años por lo que tendrá futuras oportunidades de presidencia.

Una de las primeras misiones que tendrá que abordar el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal será la de adoptar una posición clara sobre Fiducia supplicans, el documento emitido por la Santa Sede que autoriza la bendición de parejas homosexuales o en la que se denomina por la Iglesia situación irregular. Hasta ahora la asamblea de los obispos españoles no se ha manifestado con claridad sobre este aspecto, como sí han hecho otras conferencias episcopales del mundo, y tan solo se ha limitado a expresar su comunión con el magisterio del papa Francisco. De manera individual, el arzobispo de Santiago sí ha expresado lo que piensa acerca del decreto de Congregación para la Doctrina de la Fe.

En una entrevista publicada recientemente por LA OPINIÓN, monseñor Prieto manifestaba que “bendecir significa que Dios dice bien de nosotros. Y la bendición que se ha propuesto es una bendición de tipo pastoral. Debemos tener una actitud de acogida, de cercanía y ayudar a la gente a caminar siempre. Lo que no podemos es despreciar, orillar o mirar para otro lado. Con este gesto del papa Francisco lo que se está mostrando es que tenemos que tener y mostrar precisamente ese Dios que acoge a todos sus hijos e hijas”.

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