Por qué no debes apilar o amontonar piedras en la playa

Algunas personas se entretienen en la playa apilando piedras o haciendo montoncitos con ellas, una costumbre que no es tan inofensiva como parece

Abril Escalante

Si eres de los que matan el tiempo con esta práctica, has de saber que tu entretenimiento no es totalmente inocuo. De hecho, resulta ser todo lo contrario.

¿Sorprendido por esta afirmación? Sigue leyendo y entenderás por qué debes evitar hacer montones de piedras o construir barreras con ellas.

El ecosistema playero: un frágil equilibrio que es fácil de romper

Los expertos en biología afirman que las piedras de la playa conforman un ecosistema ideal para la supervivencia de decenas de especies de vertebrados, invertebrados, insectos y plantas. Algunos de ellos podemos verlos, pero la inmensa mayoría son imperceptibles a simple vista.

Al remover las piedras y cambiarlas de sitio estamos alterando su frágil hábitat y destruyendo los medios que permiten que estos seres vivos sobrevivan y se reproduzcan.

Aunque el daño pueda parecer mínimo, no es así. No está de más recordar que estas plantas y animales forman parte de una gran cadena biológica: al romper un solo eslabón de la cadena dañamos la totalidad de la misma.

Es decir, al apilar piedras en la playa también estamos alterando las condiciones de vida de los seres vivos cuya supervivencia depende de los que habitan entre las piedras playeras.

Los científicos coinciden

Esta afirmación, aunque pueda parecer tremendista, no es gratuita: en el año 2020, un grupo de 14 expertos (entre los que se encuentra el biólogo español José Luis Martín-Esquivel), publicaron un trabajo en la revista Human Wildlife Interactions, en el que justifican científicamente la veracidad de esta información.

El riesgo adicional de las lesiones

Independientemente de lo dicho, existe un riesgo cierto de lesiones para quien apila las piedras y para las personas ajenas a esta actividad, puesto que en las playas solemos estar descalzos.

La caída de una piedra grande sobre un pie o un tropezón involuntario con un montón de piedras son susceptibles de causar lesiones de enjundia, como bien saben los socorristas veraniegos: y es que en verano, son muchas las personas atendidas por este tipo de incidentes.