"Vino Dios a vernos", decía Alfredo López, presidente del CRAT. No está claro si una divinidad se paseó ayer por el campo de Acea de Ama, pero sí un jugador que con un pie de oro consiguió lo que el equipo coruñés venía buscando desde hacía diez años: el ascenso a División de Honor B. Mauro, con sus pateadas, fue el héroe de una eliminatoria que por momentos el BUC Barcelona puso muy cuesta arriba. Y todo gracias a sus nervios de acero. En la última jugada tuvo en sus botas el premio gordo con un golpe de castigo. Transformarlo o no era cuestión de todo o nada. Si lo metía, su equipo ascendía. Si no, la decepción absoluta de un nuevo intento fallido. El argentino respiró hondo, dejó la mente en blanco y chutó para alcanzar la gloria.

El final fue épico. El conjunto de Josean Portos llegó a los últimos diez minutos con once puntos en contra. El BUC acariciaba ya el ascenso. Fue el amo y señor del duelo. Prácticamente no dejó pasar a los locales de su medio campo y a la vez atacaba con peligro, juego a la mano y múltiples recursos ofensivos. Aún así, el primer ensayo llegó tras un fallo infantil de Toro. Los nervios fueron el peor enemigo de los de Arquitectura, a los que atenazó el peso de la historia de todo un club. El error costó una melé con ventaja visitante, que consiguió llevar el ovalado hasta la línea de marca y transformar para el 0-7 inicial. El CRAT no lograba trenzar jugadas, por eso se encomendó a los golpes de castigo en los que Mauro no perdonó. Dos de ellos pusieron el 6-7, pero antes del descanso los catalanes dieron un zarpazo a la moral herculina con un ensayo con transformación que complicaba mucho la faena (6-14).

En la reanudación Mauro acercó el objetivo con un golpe de castigo (9-14). Pero de nuevo los barceloneses no habían dicho su última palabra. Un drop y un golpe de castigo (9-20) casi despiertan del sueño a los coruñeses. Quedaba poco tiempo, pero el CRAT no se rindió. Robó un balón y centímetro a centímetro lo luchó hasta, en su primera aproximación a la línea de marca, anotar el ensayo por medio de Chuky, que transformó Mauro (15-20). El CRAT creyó todavía más en sus posibilidades. Necesitaba dos puntos más. La posibilidad llegó con un golpe de castigo con el tiempo ya cumplido. Silencio sepulcral antes del tiro de Mauro. Diez años de historia resumidos en un solo segundo. Y hombretones llorando como niños con el resultado. Balón entre los tres palos. Muchos sueños cumplidos.