El atleta sudafricano Oscar Pistorius cumple desde ayer los cuatro años de condena que le quedan por el homicidio de su novia en la suntuosa mansión de un familiar en Pretoria, donde ha sido trasladado en régimen de arresto domiciliario por buena conducta tras pasar un año en la cárcel.

Abandonó la prisión durante la noche del lunes en secreto y un día antes de lo previsto con el fin de evitar a los medios de comunicación. Ayer disfrutó de la semilibertad rodeado de sus familiares, que le visitaron a lo largo del día en la vivienda, propiedad de su tío Arnold.

"La familia está feliz de que Oscar esté en casa, pero quiere dejar claro que la sentencia continúa", dijo Anneliese Burgess, portavoz de los Pistorius, que, conscientes de la sensación de injusticia que deja la libertad provisional del corredor, insistieron en que la pena no ha sido suspendida o reducida.