Hace años el puesto de portero parecía mucho más estable, pero vemos como a día de hoy es una posición parecida a cualquier otra: en el momento en el que alguien falla de manera habitual, se suele buscar el cambio. Eso no ocurre solo en el Deportivo, porque hoy en día la mayoría de equipos de Primera División tiene dos porteros de máximo nivel y, cuando uno no está bien, el entrenador decide cambiar. Antes no ocurría.

Eso puede no gustar al portero, porque lo que aprecia es disfrutar de continuidad y de la confianza del entrenador. Lo primero lleva a lo otro. El hecho de que suceda es consecuencia del cambio de mentalidad que ha habido en cuanto a la portería en los equipos.

Hay que tener en cuenta que los porteros normalmente salen beneficiados del rendimiento del equipo. Germán (Lux) pagó el inicio de temporada y ahora le está pasando a Tyton. Ni era culpa de Germán la marcha del equipo ni ahora es de Tyton. Cuando un equipo está mal, repercute en todos. Todos los porteros tienen la cualidad de ser decisivos, lo que pasa es que en la marcha de los equipos se dan situaciones en las que no hay esa opción de ser determinantes.

Con vistas al futuro, no se trata de fichar porteros, se trata de lograr un rendimiento colectivo. Cuando llegué yo nadie se esperaba que fuera a tener esa confianza y a Fabricio le pasó algo parecido. El hecho de fichar no te asegura que el rendimiento sea muy bueno.