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Las Llanas, visita trampa y fútbol de antes: “A nadie le gustaba venir”

Paco Liaño recuerda cómo era jugar en casa del Sestao, donde el Dépor solo ganó una vez: “Guarda el regusto clásico y antiguo”, explica el exportero

El próximo rival no pierde como local desde diciembre

Paco Liaño, en un entrenamiento durante su etapa en el Dépor, al que llegó desde Sestao. |  // MAGAR

Paco Liaño, en un entrenamiento durante su etapa en el Dépor, al que llegó desde Sestao. | // MAGAR / Xane Silveira

Xane Silveira

Xane Silveira

El Deportivo ha hecho de las salidas una de sus mayores virtudes. Con 17 partidos lejos de Riazor ha sacado 34 puntos. Una cifra al alcance de muy pocas escuadras no solo a nivel nacional sino también internacional. Este sábado afrontará la penúltima en un campo que históricamente no se le ha dado bien. Las Llanas, donde solo Amancio Amaro fue capaz de volver con un triunfo blanquiazul, los coruñeses deberán regresar con una victoria el próximo sábado para matar “los nervios” y callar “nuestros propios temores”. Así lo explica Paco Liaño, quien espera que el equipo pueda “cerrar la faena”. “La trayectoria del equipo es para confiar”, remarca. Él, durante una temporada, fue guardián de la portería vasca.

Fue en la temporada 90/91, en Segunda División, y sirvió para que el histórico cancerbero cántabro se ganase a futuro un contrato en el propio Deportivo. “Lo guardo como un recuerdo muy bueno”, explica sobre su primera experiencia lejos del Racing de Santander tras siete años en el club pero “sin mucha participación”. “Me tomé la experiencia de Sestao como un punto y a parte que debía servir para lo que luego fue, labrarme un futuro en el fútbol profesional. Recuerdo que en Riazor perdimos 1-0 pero paré dos penaltis. Al final gané el Zamora”, rememora ahora quien sumaría otros dos en Primera, una Copa del Rey y una Supercopa.

Liaño recuerda Las Llanas como “un campo donde a nadie le gustaba jugar” y el “típico campo vasco, con unas dimensiones por debajo de las normales, un campo más corto y estrecho”. Y advierte al Deportivo: “Allí tienes que hacer un fútbol más directo donde las segundas jugadas son importantes. La estrategia es fundamental. El fútbol directo tendrá un protagonismo grande y todo lo que tenga que ver con el balón parado será importante”.

Aunque reconoce que en este aspecto el Deportivo se ha manejado bien en otras circunstancias parecidas, como Teruel, Cornellà o Tarazona: “Lo hemos hecho bien en ataque y defensa. Al principio Pablo Vázquez era casi nuestro máximo goleador. Es importante vigilar todo ese fútbol. Vamos a tener bastantes oportunidades y es algo que hay que intentar controlar”.

El Deportivo solo ganó una vez al Sestao en Las Llanas: fue en 1960 con doblete de Amancio Amaro

El Sestao River, fundado en 1996 a raíz del desaparecido Sestao Sport Club, es el 10º equipo con mejores registros como local esta temporada. Ha logrado 27 de los 38 puntos que acumula y no pierde desde el mes de diciembre. Real Unión (3-1), Rayo (3-0, por vencido), SD Logroñés (2-0), Sabadell (3-0), Nàstic (1-1) y Arenteiro (1-0) son algunos de sus últimos resultados en Las Llanas.

Históricamente visitar Las Llanas no ha sido plato de buen gusto para el Deportivo. Ha jugado 12 veces allí y solo salió victorioso en una ocasión. Fue en 1960, en Segunda División, cuando el equipo entonces dirigido por Jesús Barrio. Aquel día anotó un doblete Amancio Amaro con apenas 21 años. Veloso completó la goleada. Sin embargo, los registros no fueron halagüeños, y romperlos será la tarea que tendrá que afrontar el equipo de Idiakez. En las páginas quedan reflejadas seis derrotas con un solo gol anotado y otros cinco empates, el último, precisamente con Paco Liaño bajo palos en un duelo que acabó sin goles.

"La primera jugada que hacíamos de ataque eran mis saques de puerta que la ponía en la frontal del área para que la disputaran un par de morroscos (delantero grande)"

Paco Liaño

“Es un estadio particular, metido entre viviendas en el propio barrio de la ciudad de Sestao. Tiene su dosis de fútbol clásico de otras épocas. Ojalá sirva para que no nos llevemos un disgusto (se ríe)”, comenta un Liaño, que rememora con mucho cariño aquella época en la que el equipo no era profesional. “Había mucho barro. Entrenábamos allí y el campo tenía hierba solo por las esquinas. Los jugadores éramos todos aficionados compensados. Entrenábamos por las tardes, el entrenador trabajaba en una industria eléctrica y a las 16.00 se presentaba allí. Venían un par de coches de la zona de San Sebastián, otro de Vitoria y el único que no era vasco era yo, que iba de Cantabria, pero se competía al 100%”.

Eso sí, el césped será “un tapete” y no como sucedía antiguamente. “Aprovechábamos el barro, la primera jugada de ataque era un saque mío en largo”, acaba Liaño.

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