Las funcionarias de prisiones están en pie de guerra. Y no lo hacen para exigir mejoras laborales. Su única exigencia pasa por que Instituciones Penitenciarias "respete" el puesto de trabajo al que optaron: una plaza en el módulo de mujeres. Son unas 2.000 afectadas en España, 70 de ellas en Galicia, que llegaron a Prisiones antes del año 2007 y que opositaron por la escala femenina. Es decir, aprobaron una plaza destinada a trabajar sólo con reclusas. Pero un real decreto de la ley de igualdad, en vigor desde enero de este año, las obligará a prestar servicios también en los módulos de hombres ya que establece la unificación de escalas con carácter retroactivo.

En la cárcel de Teixeiro (A Coruña), con 22 afectadas por el real decreto, las funcionarias de la escala femenina realizan ya desde abril servicios en módulos de presos varones. En el caso de la cárcel pontevedresa de A Lama, la negociación de los sindicatos con la dirección del centro ha permitido -según confirmó Acaip- organizar los turnos de los grupos de trabajo sin recurrir a trabajadoras con plaza en los módulos de mujeres.

"No estamos en contra de la unificación. Nosotras optamos a un puesto y ahora pretenden eliminar por ley nuestro destino", denuncia un grupo de funcionarias de la prisión de Teixeiro.

Fue en 2007 cuando el Ministerio de Igualdad puso fin a las dos vías de entrada al funcionariado en prisiones -escala femenina y escala masculina- e impuso la unificación de escalas.

Desde entonces, hombres y mujeres ya no compiten por separado. Pero esta unificación no sólo se aplicará para las nuevas incorporaciones, sino también para las funcionarias que en convocatorias anteriores han opositado para trabajar solamente con presas en el módulo de mujeres o el de madres.

Apoyo del Defensor del Pueblo

Pese a las conversaciones mantenidas con las direcciones de cada prisión y una reciente manifestación en Madrid, la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias descarta dar marcha atrás. "La ley no está para valorar o interpretar, sino por cumplirla", aseguraron a LA OPINIÓN fuentes del departamento dirigido por Mercedes Gallizo.

Pero quien parece interpretar el real decreto, y de manera distinta a Prisiones, es el Defensor del Pueblo. En una reciente carta remitida al colectivo de funcionarias, el adjunto segundo del Defensor del Pueblo, Manuel Ángel Aguilar Belda, recomienda "adoptar la medidas necesarias" para asegurar que las funcionarias que aprobaron la oposición antes de la entrada en vigor de la extinción de las escalas masculina y femenina del cuerpo de ayudantes de Instituciones Penitenciarias "puedan conservar -de facto- el status jurídico del que gozaban entonces". Es decir, "garantizar a quienes así lo quieran no trabajar en contacto directo con internos, sin que ello conlleve una disminución de las posibilidades de promoción en su carrera administrativa".

Ese apoyo del Defensor del Pueblo ha motivado a las funcionarias afectadas. Y no tiran la toalla: preparan nuevas reuniones con las direcciones de los penales, organizan nuevas protestas -tanto en Madrid como en Galicia- y se plantean presentar un contencioso contra el real decreto.

Con intención de hacerse oír, un grupo de 150 trabajadoras en penales de toda España, una veintena destinadas en Galicia, constituyeron el pasado mes de junio la Asociación de Funcionarias Anteriores a la Unificación en Prisiones (Afaup). El pasado 10 de diciembre organizaron una manifestación en Madrid. La próxima protesta será en enero ante la delegación del Gobierno en A Coruña y a finales de ese mes organizarán una nueva concentración ante la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias. "No nos damos por vencidas, sólo pedimos que la ley no nos discrimine y respete el puesto de trabajo al que optamos", aseguran funcionarias de la escala femenina de Teixeiro.

El propio real decreto de unificación insta a "organizar y asignar" los servicios "dentro de los condicionantes impuestos por el puesto de trabajo de que sea titular cada funcionario". La lectura -según advierten las funcionarias- no deja lugar a dudas: "Nuestro puesto es para trabajar con mujeres".