Competencia desleal, estafa, hurto, delito contra la propiedad industrial e incluso blanqueo de capitales. Son algunas de las líneas de investigación que ha abierto la Xunta ante las malas prácticas en la recogida del aceite usado en bares y restaurantes de Galicia por parte de empresas que llegan a pagar hasta 20 euros por un barril de 50 litros para posteriormente vender a fábricas de biodiésel. El entramado de compañías a las que investiga la Consellería de Medio Ambiente, en colaboración con la policía autonómica, se ha hecho en los últimos años con la mitad de los residuos vegetales que generan los centros de restauración de la comunidad, según estimaciones del sector. De las más de 20 firmas y particulares que se dedican en Galicia a la recogida del aceite que sale de los fogones, una quincena carece de autorización para la retirada, transporte y gestión de estos residuos e incluso algunos estarían utilizando las compañías como tapadera para blanquear dinero, según fuentes próximas al caso.

Los más de 20.000 establecimientos hosteleros radicados en Galicia producen al año unas 5.000 toneladas de aceite para reciclar, de las que al menos la mitad -unos dos millones y medio de litros- son gestionadas por la red de empresas investigadas por el departamento que dirige Agustín Hernández. Se trata de compañías creadas en los últimos cuatro años en Galicia, algunas en manos de constructores e incluso abogados, asesorías contables y personas relacionadas con gestorías y corredurías de segurosGaliciaconstructores e incluso abogados. El sector reconoce que debido a la crisis la producción de residuos vegetales ha disminuido entre un 15 y un 20%. "Si antes un local producía unos 50 litros al mes, ahora es cada mes y medio", apuntan. Menos producción que hace años, pero con una cartera de clientes que se reparte entre un mayor número de empresas que han visto en el sector del reciclaje un negocio redondo debido a su rentabilidad para fabricar biodiésel. Un producto que apenas se produce en Galicia ya que la mayoría de las plantas que entre los años 2006 y 2009 se apuntaron al boom del biodiésel nunca llegaron a fabricar el carburante ecológico.

Es por ello, que la práctica totalidad de las empresas de reciclaje que operan en Galicia transportan el aceite usado a las fábricas de otras comunidades -Asturias, País Vasco, Andalucía o Castilla y León, mayoritariamente-. Y todo ello pese a que Galicia obtuvo para los próximos dos años la tercera mayor cuota de producción de biodiésel de Europa (11%), por detrás de Andalucía (33%) y Valencia (23%). La asignación a Galicia se reparte entre tan solo dos plantas: Infinita Renovables de Ferrol -300.000 toneladas al año- y Beta Renowable Group, en Begonte (Lugo) -35.000 toneladas anuales-.

Desde que la Xunta inició la investigación de supuestas prácticas irregulares en el sector, centradas en A Coruña y su área metropolitanainvestigación supuestas prácticas irregularesA Coruña y su área metropolitana, los inspectores de Medio Ambiente inspeccionaron en tan solo un mes 200 centros de restauración y diez empresas. Las pesquisas sobre el terreno dieron su frutos: a cuatro empresas se les ha abierto expediente sancionador y se les ha paralizado su actividad, según confirmó esta semana a este periódico la Consellería de Medio Ambiente.

La campaña de control iniciada el 1 de marzo por la Secretaría Xeral de Calidade e Avaliación Ambiental, en colaboración coa policía autonómica, continuará en las próximas semanas con el objetivo de "descubrir a las empresas o personas que están actuando en la recogida y gestión de los residuos de aceites vegetales en Galicia sin autorización administrativa ambiental o que aún con autorización, realizan prácticas irregulares", según apuntan desde Medio Ambiente.