Los gallegos que hoy vendan su vivienda o local comercial tendrán que pagar por el impuesto de plusvalía municipal el doble que lo que abonaron por la misma transacción los anteriores propietarios hace cinco años. Y eso pese a que desde el inicio de la crisis la compraventa de pisos de segunda mano cayó casi un 50% y su precio más de un 30%. En Galicia, hasta un total de 115 concellos -el 36,6%- cobran por este tributo, de carácter voluntario por parte de las administraciones locales junto con el impuesto de construcciones. De ellos, un total de 54 -casi la mitad de los ayuntamientos gallegos que aplican el llamado impuesto sobre el Incremento del Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana- recogen en sus ordenanzas los tipos más altos, entre un 25 y 30%. Al gravamen máximo, el 30% que permite la ley, se enfrentan los contribuyentes de ocho municipios: Coristanco, Ponteceso, Oroso, en la provincia de A Coruña; y Vigo, Redondela, Fornelos de Montes, O Rosal y Salvaterra de Miño, en Pontevedra.

El impuesto de plusvalía municipal grava el teórico aumento de valor experimentado por un bien de naturaleza urbana a lo largo del tiempo y la correspondiente ganancia en el momento de la venta del inmueble. Economistas consultados por este periódico advierten de que el problema es que hoy en día muchos inmuebles se venden con pérdidas, sin que ello exima al vendedor de pagar el correspondiente tributo. La cuantía a pagar al ayuntamiento, haya habido o no ganancia con la transacción, se calcula sobre el valor catastral del suelo y los años que se tuvo ese bien en propiedad.

Recaudación

Pese a la crisis del ladrillo y el desplome de las ventas de pisos de segunda mano en Galicia, los concellos recaudan un 9% más que antes de que empezase la recesión: de los 27 millones que ingresaron en 2008 los 115 municipios gallegos que aplican este impuesto se pasó a más de 29,5 millones en 2013. El mayor incremento en la recaudación de este impuesto de produjo en los pequeños concellos, donde la recaudación creció un 44% respecto a 2008.

Hasta un total de 54 ayuntamientos gallegos -33 de la provincia de A Coruña (61,1%), cinco de Lugo (9,2%), dos de Ourense (3,7%) y 14 de Pontevedra (26%)- aplican un gravamen por encima igual o superior al 25% hasta el máximo permitido, el 30%.

La mayoría de los ayuntamientos gallegos aplica el mismo gravamen al margen de la antigüedad del inmueble urbano vendido, que se clasifican en cuatro tramos: hasta cinco años, hasta diez, hasta 15 y hasta 20. Son contados los casos de concellos que aplican un porcentaje menor en los casos de viviendas o solares de más de 15 años y la diferencia es mínima. Un ejemplo es el municipio coruñés de Carballo que tiene un impuesto de plusvalía del 22% para inmuebles urbanos de entre 15 y 20 años, del 24% para aquellos de hasta 15 años, 26% para los de cinco a diez años y del 28% para pisos de menos de un lustro.

De las ciudades, A Coruña y Pontevedra se salvan de la lista de municipios gallegos con un gravamen por encima del 25%, con un 17,33% y un 21%, respectivamente. En la provincia de A Coruña, los concellos con el impuesto de plusvalía más elevado son Coristanco y Ponteceso, con un 30%; seguidos de Oroso, con un tipo de gravamen que según la antigüedad del inmueble varía del 27 al 30%; Valdoviño (29%), Carballo (22-28%) y Mugardos (26,7-28%). De la comarca también están en la lista de los municipios coruñeses que más gravan la venta de viviendas de segunda mano Oleiros (27%), Cambre (26%), Pontedeume (26%), Carballo (22,28%), Culleredo, Carral y Cerceda (25%).

En la provincia de Pontevedra, encabezan el ranking Vigo, Redondela, Fornelos, O Rosal y Salvaterra con un gravamen del 30%. Le siguen Nigrán, con más de un 28%; Baiona y Tui, con un 27% y Sanxenxo con un 25%.

Tras las revisiones catastrales de los últimos años, algunos ayuntamientos han decidido aplicar reducciones de entre un 40 y un 60% en la aplicación del impuesto de plusvalía. Entre estas rebajas destaca la aplicada por los concellos de Santiago (60%) y Vedra (50%).

De los 115 ayuntamientos de la comunidad en los que hay que tributar por la venta de algún inmueble urbano, el que aplica el gravamen más bajo es Burela (Lugo), con un 10%. El siguiente con el impuesto de plusvalía más bajo es Gondomar, con el 15%; seguido de Sada, Catoira, Mondariz-Balnearios, Muíños, Nogueira de Ramuín y Quiroga, con un 16%

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