En las ciudades de A Coruña y Pontevedra, el Ministerio de Empleo ha creado dos equipos especializados en el plan especial de empleo irregular con ocho efectivos en cada uno. En verano incluso se derivan inspectores de otros servicios como apoyo y además se colabora con administraciones como el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) para cruzar datos y comprobar, por ejemplo, casos de personas que trabajan pese a cobrar la prestación de desempleo o la pensión de jubilación. Desde la Dirección Territorial de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social de Galicia confirman que desde el inicio de la crisis se ha intensificado la actividad inspectora en detrimento de otras áreas.

En el caso de la hostelería, la vigilancia ya estaba presente, aunque en menor medida, antes de la recesión. A nivel nacional, la campaña especial para controlar el empleo negro en hoteles y establecimientos que ofrecen servicio de bebidas y comidas funcionan desde hace una década y aunque se realizan controles todo el año se intensifican en verano y en las provincias que reciben una mayor afluencia de turistas. En Galicia, aparte de la campaña genérica en restauración de todos los años, se hacen otras puntuales para atajar problemáticas concreta, como fue el caso de la campaña específica que realizaron durante dos meses en furanchos de la provincia de Pontevedra. Al margen de la hostelería, los inspectores también realizaron una vigilancia intensiva para controlar a trabajadores de la recolecta de la uva en Ourense que no estaban dados de alta. Este año restaurantes, establecimientos para banquetes y puestos de comida en las ferias volverán a estar bajo la lupa de los inspectores del Gobierno.