A Coruña será la provincia clave en el tablero político de Galicia en las autonómicas del 25-S. El cambio en el reparto de escaños por circunscripciones que auguraban las cifras del padrón de población en los últimos años se confirmó ayer: la provincia de A Coruña pasará a tener en la próxima legislatura un total 25 diputados, uno más que en la actualidad, a costa de Lugo, que perderá uno y se quedará con 14, los mismos con los que seguirá Ourense. Mientras, Pontevedra mantendrá los 22 actuales.

El nuevo escenario en O Hórreo, según el decreto de disolución del Parlamento y de convocatoria de elecciones autonómicas publicado ayer por el Diario Oficial de Galicia (DOG) y avanzado hace meses por este periódico, coloca a la provincia de A Coruña en una posición clave, ya que es la única con un número de escaños impar y donde se podría dar un vuelco a los resultados en caso de un escenario político muy igualado. A Coruña es además la circunscripción gallega donde las fuerzas políticas más pequeñas, como Ciudadanos, tienen más posibilidad de lograr un asiento en la Cámara autonómica si superan la barrera del 5% -porcentaje mínimo de votos que deben obtener las formaciones para tener representación-.

Los resultados en la provincia coruñesa inclinarían la balanza hacia las fuerza de izquierda o derecha y serían determinantes en la formación del futuro Gobierno gallego. A la espera de que Podemos haga pública hoy su decisión de concurrir con las mareas municipales o en solitario, los partidos vaticinan que los beneficiarios de este escaño que gana A Coruña serán las formaciones del cambio, que pese al desgaste sufrido en las generales del 26-J es la circunscripción donde más pueden rentabilizar a su electorado.

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Detrás de este nuevo reparto de los 75 asientos en el hemiciclo gallego está la evolución demográfica de los últimos años. Ya no se trata de que A Coruña gane población mientras Lugo la pierde, ya la sangría demográfica afecta a toda Galicia. Pero las provincias atlánticas pierden en menor medida que el resto. El retroceso de casi un 1,5% de la población de A Coruña desde 2012 -al pasar de 1.141.178 habitantes a 1.124.412 el pasado mes de enero, según datos del INE- pero de más de un 3,2% en Lugo -que se queda con poco más de 336.200 residentes frente a los más de 347.600 de hace cuatro años- están detrás de la fotografía parlamentaria de la próxima legislatura. Y es que a cada provincia parte con un mínimo inicial 10 diputados, según fijó la ley electoral de 1985, y el resto se distribuirán en proporción a su población.

Los partidos ya han empezado a hacer sus propios análisis y no se aventuran a señalar a los beneficiados y damnificados por este baile de asientos entre A Coruña y Lugo ya que, entre otras razones, apuntan que todavía se desconoce si En Marea y Podemos irán de la mano a la cita electoral del 25-S o concurrirán por separado. El salto de este escaño de Lugo a A Coruña, si se repitiesen los resultados de las autonómicas de hace cuatro años -entonces con una lista de fuerzas en la carrera electoral a San Caetano que poco tiene que ver con las que competirán en la cita con las urnas de otoño- habría beneficiado a AGE, con un diputado más por A Coruña, y perjudicado al PSdeG, con uno menos en Lugo. Aunque es difícil que sea decisivo ese escaño, en unos comicios muy reñidos perjudicaría a los populares y beneficiaría a la oposición.

Desde el PP, confían en lograr la "distancia suficiente" en la provincia de A Coruña, donde en las autonómicas de 2012 se hicieron con 13 escaños frente a los cinco del PSdeG, dos de BNG y cuatro de AGE, para mantener la mayoría absoluta. "Será una provincia clave", reconocen fuentes de los populares gallegos, al tiempo que reconocen que la decisión de las mareas y Podemos de concurrir juntos a los comicios o por separado influirán en el reparto de escaños.

Los socialistas temen la pérdida de un escaño por provincia, unas papeletas que captarían las mareas municipales. Dirigentes del PSdeG dan por hecho que al PP no le afectará el nuevo reparto de escaños, salvo que irrumpa Ciudadanos con un diputado. "El de Lugo lo perderemos nosotros y en A Coruña beneficiará a los grupos de la oposición, fundamentalmente a AGE", apuntan fuentes socialistas. "Los grandes beneficiarios -auguran- serán las mareas, ya que es en A Coruña donde más pueden rentabilizar a su electorado". Para el BNG, añaden, la situación se presenta "complicada" ya que "tendrá dificultades para mantener representación en las provincias de A Coruña y Pontevedra", porque en Lugo y Ourense, "con toda probabilidad" no la lograrán.

Los nacionalistas advierten de que el escenario de las autonómicas nada tiene que ver con el de las generales. "Jugamos en casa y vamos a por todas. Somos una fuerza solvente y con garantías", aseguran un dirigente del BNG, dando por hecho que lograrán representación en las cuatro provincias. Sobre los apoyos a las mareas, advierte del "desgaste" en los gobiernos municipales y que al final dependerá de si van con Podemos o por separado.

Las mareas municipales consideran que pese a que este cambio de escaño no será "decisivo" resulta "obvio" que En Marea "tiene mucha fuerza en las áreas urbanas, entre ellas las de la provincia de A Coruña, donde el espacio político al que pertenece gobierna en las tres principales ciudades, que en mayo de 2015 rompieron con gobierno fracasados del PP". "Algo que con toda seguridad, volverá a ocurrir en septiembre", sostienen.