Las primeras lluvias tras la sequía obligaron a los agentes de la Policía Local y los Bomberos de Vigo a intervenir en varias incidencias a lo largo de la ciudad, entre ellas la inundación de un garaje y una vivienda y el desplazamiento de tapas de alcantarillas. Poco antes de las 19.00 horas del jueves los policías locales prestaron servicio en el Camiño de Pinguela por la inundación de un garaje; y sobre las 21.20 horas en la confluencia de las calles Ramiro Pascual con Chabarras por una inundación de unos cuatro metros de diámetro en la vía pública.

A las 20.30 horas los bomberos limpiaron piedras y tierra en la calzada, y entre las 04.00 y las 06.00 horas de ayer intervinieron por varias tapas de registro de alcantarillas desplazadas en Isaac Peral, Arenal y Clara Campoamor. También acudieron por inundaciones en viviendas y bajos en Príncipe y la calle Anduriña, y tuvieron que retirar cascotes de la fachada de un edificio en calle Coruña por riesgo de desprendimientos.

También las primeras lluvias del otoño provocaron el desbordamiento de la red de saneamiento del centro de Cangas, Aldán, segundo núcleo importante de Cangas, y Vilariño, también en las cercanías de Cangas.

"Levamos meses pedindo que chova e o día que caen catro pingas xa bota o pozo por fóra", protestó una vecina de Vilariño mientras observaba la acumulación de aguas residuales estancadas en el regato de As Lagoas, que se hacen más sólidas antes de llegar al mar por la escasez de caudal derivada de la sequía.

El problema de vertidos no solo se vivió en Vilariño, sino también en Aldán -con residuos en la desembocadura del río Orxas en la playa de San Cibrán atribuidos a un atasco en las tuberías, según la versión oficial-, e incluso en puntos del centro urbano de Cangas, sobre los que difiere el propio Concello.