Medio año después de que el personal remitiese una carta al Concello en la que exigía arreglos urgentes en la cubierta del centro de salud, Bergondo se ha puesto manos a la obra. El Gobierno local ha cambiado el lucernario para impedir las filtraciones de agua que obligaban a los empleados a recurrir a cubos para recoger el agua que se colaba por las fisuras. La obra no costó ni 10.000 euros.

Los trabajos se realizaron durante estas últimas semanas e incluyeron también el cambio de la cubierta del voladizo trasero y la reparación de las humedades detectadas en las paredes interiores del centro de salud. El Ejecutivo municipal aprovechó los trabajos para ordenar la limpieza de las rejas exteriores del ambulatorio, ubicado en San Isidro, junto al Consistorio.

La edil de Sanidade, Begoña Calviño, garantizó ayer que mantendrá una "supervisión exhaustiva" de las necesidades de la instalación para resolverlas de "forma prioritaria". El Ejecutivo municipal confía en cumplir así las reivindicaciones del personal sanitario, los usuarios y el BNG, el grupo más crítico con la situación del ambulatorio, que llegó a tachar de "tercermundista".

En un primer momento la alcaldesa, Alejandra Pérez, sostuvo que la obra le correspondía a Sanidade, aunque finalmente comprobó que se trataba únicamente de labores de mantenimiento. El Concello ha iniciado ya el proceso para ceder el centro a la Xunta.