La Dirección Xeral de Patrimonio contribuirá a sacar a la luz el patrimonio más oculto de la Ciudad de los Caballeros. La Xunta ha recogido el guante del Concello y ha accedido a elaborar un estudio en colaboración con los técnicos municipales que arroje luz sobre el origen de las galerías subterráneas que surcan el subsuelo de Betanzos. Se trata de un laberinto de túneles que, desde hace una década, recorren los espeleólogos del Club Descenso de Cañones y la asociación Dédalo de Brig.

Estos colectivos han descubierto hasta cinco entradas a este ignoto mundo subterráneo. Como ya informó este periódico, el trazado de los túneles coincide con el de las calles, su longitud oscila entre los 10 y los 80 metros y parecen desembocar en la iglesia de Santa María del Azogue. Varios de los ramales se encuentran tapiados o han sucumbido a la erosión.

Varias viviendas de Betanzos disponen de un acceso privilegiado a esta ciudad sumergida. Entradas, en algunos casos reutilizadas como bodegas, que permiten a sus propietarios adentrarse, aunque solo sea unos pasos, en este misterioso mundo del subsuelo. Las hipótesis iniciales apuntan que podría tratarse de una antigua mina de mercurio autorizada durante el reinado de Carlos III. Dédalo de Brig y el colectivo de espeleólogos que descubrió este imbricado laberinto de callejuelas a los pies de brigantinos reclama desde hace años colaboración para desentrañar su origen. La Xunta recoge ahora el guante tendido por el Concello y se compromete también a reparar la talla que se desprendió del convento de As Angustias y a colaborar en la restauración del palco de la música.