Para valorar algo hay que conocerlo. Y tan a fondo como permita el sacho. Es la filosofía de la Escuela de Labradores que ha puesto en marcha la Cada de la Aldea, una empresa gallega emplazada en Carres, en Oza-Cesuras, que comercializa a través de internet excedentes producidos por los agricultores con técnicas tradicionales y los elaborados de artesanos que han recuperado antiguas recetas.

Los primeros en poner a prueba su pericia con el sacho han sido un grupo de periodistas que aprovecharon un soleado Día Mundial de la Libertad de Prensa para hacerse agricultores por unas horas. Una mañana fructífera en la que guiados por dos agricultores de la Casa de la Aldea aprendieron a plantar tomates, pimientos, repollo, lechugas, calabacines, cebollas, espinacas, berenjenas, pepinos y acelgas. Habrá que esperar unos meses para valorar la maña de los periodistas. Cuando la cosecha esté lista los participantes en el taller recibirán en sus casas los productos que han plantado. Como aperitivo, el grupo tuvo la oportunidad de degustar algunos de los que forman el catálogo de la empresa.

La Escuela de Labradores que ha puesto en marcha la Casa de la Aldea se enmarca dentro de un proyecto para educar en la importancia de cultivar la tierra a la manera tradicional y promover el comercio justo para garantizar el futuro sostenible de las aldeas. Con estas clases prácticas, la empresa pretende acercar el campo y el trabajo de agricultores y artesanos a aquellos colectivos que, por trabajo o estilo de vida, no los conocen. Es, inciden, el primer paso para valorarlo.