Unas semillas de stevia rebaudiana han dado un vuelco de 180 grados a la vida de Luisa Pérez y Ángel Montes. Esta hierba originaria del trópico, conocida popularmente como hoja dulce, ha enraizado con fuerza en su finca de Cerdelo, en Aranga, y ha cambiado por completo la situación laboral de estos dos artesanos reconvertidos en agricultores.

Ella elabora jabones. Él trabaja el cuero. Y desde hace dos años son socios de Artexana Mondi, una empresa especializada en extraer todo el dulzor a una plantación, la única de stevia en Galicia, que, celebran, les ha proporcionado ya 120 compradores solo en la comunidad.

"A mí ya me conocen como La Hierbas", bromea Luisa. Esta artesana no se imaginaba que acabaría elaborando chocolate o mermelada apta para diabéticos a con las hojas de esta planta tropical a la que el pueblo guaraní supo extraer todo su potencial medicinal.

Y es que la historia de Artexana Mondi arrancó casi por casualidad cuando Luisa se atrevió a regar su finca con unas cuantas semillas de stevia tras pactar previamente la venta de una cosecha. El negocio finalmente no prosperó y se vio sola, con una plantación para la que no encontraba ninguna salida.

"Yo le dije que probase a llevar las plantas a las ferias, que seguro que las vendía, pero ella no lo veía claro", relata Ángel. Hasta que un día se decidió a probar suerte en el festival de Pardiñas, en Guitiriz. Y la acogida superó con creces sus mejores previsiones. "Nos las quitaban de las manos, me quedé totalmente alucinada", relata esta emprendedora.

El éxito de ventas les animó a realizar una segunda cosecha. Y. "ahorrito sobre ahorrito", le siguieron otras. "No pedimos créditos ni subvenciones", relata Luisa, que no oculta que los inicios fueron "duros". Pero estos dos emprendedores tienen claro que no hay amargura que se resista al el dulzor de esta hoja dulce. Un edulcorante natural que, resaltan, tiene múltiples propiedades: "Es apta para diabéticos, diurética, saciante, regula la tensión...", enumera Ángel. En su finca, inciden, están vetados los productos químicos y sulfatos. Y todos sus productos están en fase de conversión del sello ecológico.

Para que conserve todas sus propiedades, los empresarios han optado por el procesamiento natural. "Nos encargamos del secado y del molido", explica Ángel, que espera superar en breve las dos hectáreas de cultivo. En este último año han conseguido ampliar su cartera de clientes y han traspasado las fronteras de Galicia. "Nos han hecho pedidos de Asturias, Castilla y León, Cataluña..,", celebra este emprendedor.

El éxito que les ha deparado este sustituto del azúcar les ha llevado a buscar más brotes verdes. "Estamos pensando en cultivar moringa", avanza Luisa. Habrá que esperar a ver si el árbol de la vida también echa raíces.