La asociación Renacer pone en marcha un plan de formación en cultura ecológica como parte de la lucha por la inclusión social de las personas acogidas en sus centros. El coordinador del proyecto, Alfonso García, explica que el camino a esta inclusión pasa "por el regreso a la vida rural". La agrupación inició la producción y venta de productos con el apoyo y consejo de hosteleros de la ciudad.

Renacer comenzará en noviembre un curso de formación en agricultura ecológica dirigido a entre 15 y 20 personas. La iniciativa consistirá en 140 horas de contenido teórico impartidas por un ingeniero agrario. El curso contará también con 70 horas prácticas en la finca que la asociación tiene en Oza-Cesuras. Cuentan con continuar su proyecto si la Xunta ve con "buenos ojos" el plan de formación.

Esta explotación en Oza-Cesuras lleva en funcionamiento desde hace unos meses y la asociación ya comenzó la venta de sus productos. Los cocineros y hosteleros Eduardo Pardo (Restaurante Domus), Iván Domínguez (Alborada), Gorka Rodríguez (Pulpeira de Melide), Chisco Jiménez (Culuca) y Luis Veira (Árbore de Veira) visitaron esta semana la finca de Renacer para ver el estado de los huertos y recomendar los cultivos más atractivos para el mercado de la restauración.

"Vamos a incluirlos como colaboradores y compradores de nuestros productos", adelanta García. Renacer busca vender directamente a los establecimientos y evitar intermediarios. El objetivo de esta estrategia es que los compradores sepan que están "propiciando la inclusión social" al comprar sus productos.

El coordinador del proyecto explica que la primera lección del curso fomentará la autoestima, dado el perfil de los asistentes. "Son gente que después de tantos años sin trabajar ya no creen en nada", asegura. Con esta iniciativa esperan cubrir y ayudar en las necesidades de personas que se "sienten sin derechos y obligaciones" y que están en riesgo de exclusión social.

La asociación ya cuenta con algunos voluntarios en la finca del núcleo de Oza dos Ríos. "Ellos viven, se visten y comen todos los días en Renacer", explica García. No perciben sueldo, al menos de momento, mientras los gastos superen a los beneficios. "Queremos que lo ganen todo con su trabajo".

La idea en la que se basa este proyecto es que los asistentes al curso puedan volver a las fincas dejadas de lado por sus familias y vivir una vida propia, digna y autogestionada. Renacer ya ha tenido sus primeras experiencias con los que están trabajando en la finca de Oza dos Ríos. La idea de marchar al mundo rural caló muy bien con un inmigrante hispanoamericano. "Su idea es ir al campo y tener un hogar para que su familia se traslade con él aquí", cuenta el coordinador muy satisfecho. Renacer comenzó esta iniciativa como una forma de abordar el problema del desempleo entre los auxiliados. Los beneficiarios de la ONG encontraban empleo con "relativa facilidad" hasta 2007. "La crisis terrible -explica García- nos hizo agudizar el ingenio". El índice de rotación de la gente que necesitaba de los servicios de la organización bajó y sus problemas aumentaron.

El coordinador se basó en estos hechos para ver la vuelta al mundo rural como una forma de paliar el sufrimiento de personas con necesidades de alimento y casa. "Campo sobra, porque hay muchas fincas abandonadas", asegura. La iniciativa cuenta también con fomentar la "repoblación del campo" y la pérdida de habitantes en Galicia.