Sada ha registrado este año un auge de minichefs. La lluvia de solicitudes de plaza para las clases extraescolares de cocina que puso en marcha este curso la Concejalía de Educación han sobrepasado con creces las expectativas del Concello, que se ha visto obligado a triplicar los grupos previstos inicialmente. Y, aún así, han quedado varios pequeños en lista de espera.

Casi medio centenar de niños y niñas sadenses se ponen todos los sábados el gorro y el delantal de cocina para buscar ese secreto que, dicen, está en la masa. Y ayer consiguieron atraparlo, eso sí, tras amasar y amasar el pan hasta ponerse perdidos de harina.

Todavía tienen por delante muchas recetas que aprender para alcanzar la estrella Michelin, pero en la cocina de la escuela infantil de Sada, el juego se impone, al menos de momento, a la competición. Aprender la técnica no lo es todo y los profesores aprovechan la curiosidad gastronómica que han despertado en los chavales los programas televisivos para inculcarles hábitos saludables.

Saber hacer un chuletón al punto no es menos importante que descubrir que los guisantes saben mejor cuando los cocina uno mismo. Y más de un aprendiz a cocinero ha perdido las manías y se ha sorprendido disfrutando de un plato de espinacas. "Si el niño lo cocina, acabará comiéndolo", explicaba ayer la gestora de las actividades extraescolares, María Lavandeira, de Senes Cit, que asistió a la clase con la edil de Educación, Raquel Bolaño.

Hacer de la cocina algo lúdico y potenciar la igualdad son dos de los ingredientes de una actividad a la que los chavales han conseguido darle ese puntito de sal que les hace divertirse entre los fogones.

La actividad se enmarca en el programa Sada Educa, que este año ha visto quintuplicadas las matriculaciones con respecto al pasado curso (de 42 a 197 solicitudes). Los cambios en la programación de las actividades extraescolares de Infantil, Primaria y Secundaria, con la inclusión de clases de zumba, circo, malabares o hip hop ha conquistado a los pequeños.

La concejala Raquel Bolaño se mostraba ayer satisfecha por la buena acogida de este programa, que puso en marcha en 2007 durante el Gobierno bipartito y al que ahora da una vuelta. "El programa se estaba dejando morir, es básico palpar los intereses de los niños, escuchando se pueden conseguir cosas muy enriquecedoras", incide la edil. Y la receta, celebra, ha funcionado.