La necesidad de que Miño cuente con un gobierno fuerte para encarar los meses cruciales del caso Fadesa es compartida, en mayor o menor medida, por las tres patas que integran la Corporación local: el alcalde independiente y las dos fuerzas mayoritarias, PSOE y PP.

El rompecabezas que deparó las elecciones, con un regidor sin apoyos, sin tenientes de alcalde, sin sueldo y con las competencias reducidas al máximo sigue sin resolverse transcurridos cuatro meses de la investidura.

El alcalde, Ricardo Sánchez, se niega a dar un paso atrás, se aferra al bastón de mando y reclama lealtad a la oposición a la hora de afrontar la elaboración del plan de pagos de los 21 millones a los expropiados por Costa Miño. Pide responsabilidad, pero al mismo no duda en cargar contra PSOE y PP, a los que responsabiliza de la situación y a los que considera deslegitimados para capitanear la negociación.

La moción de censura entre PSOE y PP se enquista por los desacuerdos en el reparto de poder y los populares no dan por perdida la posibilidad de un pacto con el alcalde al que invistieron y que les dio calabazas, a los dos días de sellar el acuerdo de gobierno.

Los populares juegan a dos bandas y los socialistas rechazan de plano una alianza con Ricardo Sánchez, su excompañero de filas que abandonó el PSOE para presidir la "única candidatura de izquierdas".

¿Qué propuestas hay sobre la mesa? A día de hoy, tres. El alcalde aboga por un gobierno de concentración, pero se niega a renunciar a la Alcaldía que ostenta con solo 234 votos (el 6% del electorado). El regidor evita hablar de doce ediles contra uno y prefiere centrarse en una lucha de tres (por grupos). Ricardo Sánchez, que anunció en julio un acuerdo con el PP, dio marcha atrás y supedita ahora el pacto a la salida del líder popular, Jesús Veiga, al que considera "amortizado" por permanecer más de treinta años en el gobierno.

El PP, que invistió alcalde a Sánchez para evitar un gobierno del PSOE (lista más votada), está dispuesto a pactar con los socialistas, pero no renuncia a un acuerdo con el mandatario, aunque descarta la salida de Veiga. "Este hombre [por Sánchez ] tiene desde junio una propuesta sobre la mesa", incidía ayer el popular, que la resumió de este modo: "La alcaldía y una concejalía para él y el resto para nosotros".

El PP negocia al mismo tiempo una moción de censura con el PSOE y plantea tres posibilidades, que los socialistas ostenten la alcaldía y ellos la primera tenencia o al revés o turnarse en el gobierno.

El PSOE no parece dispuesto a ceder la primera tenencia de Alcaldía a los que han sido durante años sus rivales antagónicas. Los socialistas insisten en gobernar en solitario, aunque acceden a incorporar al PP en el gobierno, pero.

El pulso se mantiene. El alcalde apela al consenso para buscar una salida al laberinto de Fadesa, pero se muestra remolón a la hora de convocar a los grupos. PSOE y PP apelan a la necesidad de tener "altura de miras" , pero admiten las dificultades de formar un gobierno estable.