Un joven de 30 años fue condenado a dos años de cárcel por dejar prácticamente sin visión de un ojo a un vecino de Oleiros porque supuso que le había rayado el coche. La Fiscalía y el abogado de la víctima reclamaban en sus escritos de calificación que el joven fuese condenado a seis años de prisión. El tribunal, sin embargo, tuvo en cuenta la atenuante de dilaciones indebidas, ya que los hechos sucedieron en 2004 y el procedimiento judicial se retrasó por causas ajenas al sospechoso.

El procesado, que cuando sucedieron los hechos, en junio de 2004, tenía 19 años, estacionó su vehículo en la puerta de la vivienda en la que residía la víctima junto a sus padres. Cuando alrededor de las tres de la madrugada se dirigió hacia su turismo, comprobó que presentaba diversas rayaduras en la carrocería y que estaba empapado en un líquido que olía a gasolina.

En ese momento, se percató de la presencia del afectado, a quien le preguntó si era el autor de los desperfectos del coche o si había visto al responsable. La víctima, que se encontraba en las escaleras de la puerta de su casa, decidió salir al encuentro del procesado debido a las "graves acusaciones" que profería contra él. En cuanto estuvieron cerca, el imputado le propinó un puñetazo "directo a la cara", según describe el tribunal de la Audiencia Provincial en la sentencia, en la que destaca que el afectado se cayó al suelo como consecuencia del golpe.

El perjudicado, que estuvo asistido por el letrado Pablo Freire, sufrió numerosas lesiones, las más graves en el ojo izquierdo, en el que le quedó como secuela "una importante pérdida de agudeza visual". El vecino de Oleiros tardó en curar de las heridas 173 días, de los cuales ocho permaneció hospitalizado y 165 incapacitado para realizar sus ocupaciones habituales.

Los magistrados de la sección segunda del alto tribunal provincial consideraron culpable al sospechoso de un delito de lesiones agravadas, por lo que lo condenaron a dos años de cárcel, así como al abono de una indemnización a la víctima de 51.000 euros. El imputado, que evitará ingresar en prisión, también deberá pagar al Sergas los gastos sanitarios derivados de la atención a la víctima y tendrá que hacer frente al pago de la mitad de las costas procesales, incluidas las de la acusación particular.

El letrado del procesado solicitó que la víctima fuese sentenciada a dos años y tres meses de prisión por cometer un delito de daños. La Audiencia lo absolvió porque subraya en el fallo que durante el juicio no quedó acreditado que el hombre fuese el autor de los daños que presentaba el coche del condenado. "Aunque las sospechas apuntan hacia él, nadie llegó a ver si efectivamente éste dañaba el vehículo o si era otra la persona que lo hacía", indican los jueces en el documento.