La Xunta ha puesto en marcha recientemente la campaña ruralízate, con la que pretende animar a los ciudadanos a hacer las maletas y regresar a la aldea. El eslogan cambia a una vida mejor y su bucólica visión de los pueblos, sin tráfico y un sinfín de oportunidades, contrastan con las quejas por la merma en los servicios básicos.

"Esas campañas están muy bien, pero no valen de nada si después no tenemos los servicios básicos", critica Estefanía Peteiro. Esta mujer de 32 años, madre de dos niños de uno y cuatro años, es una de esas personas que hicieron las maletas para regresar a la aldea. Y también es una de las afectadas por la falta de pediatra y médico de cabecera durante las últimas fiestas navideñas.

Su caso es similar Tomás Boo, vecino de Teixeiro con dos niños de dos y cuatro años, que capitanea una campaña de protesta a la que se han sumado decenas de vecinos del municipio para lograr que la Xunta garantice un pediatra permanente durante todos los días del año. "Se van a quedar sin folios de reclamaciones. Y si tenemos que cortar la carretera para que nos hagan caso, lo haremos", advierte Tomás.

Las dificultades que vivieron durante las últimas semanas para dar con un facultativo que atendiese a sus pequeños ha sido la gota que ha colmado el vaso de los residentes en el pueblo. El problema no es nuevo, relatan. "Ya ha pasado varias veces", critican.

La última, estas pasadas Navidades, obligó a varios progenitores a desplazarse hasta el Materno Infantil, a más de cuarenta minutos en coche, con sus hijos con fiebre y varicela, tras intentar sin éxito que los atendieran en los ambulatorios del municipio y en el PAC de Betanzos, donde les derivaron al centro hospitalario coruñés. "No podemos estar con los niños de un lado para otro en el coche cada dos por tres. Los niños se ponen enfermos cada poco. Yo tuve que llevar un día al mi hijo vomitando", relata Tomás Boo.

Para entender la dimensión del problema hay que conocer las peculiaridades del servicio en esta comarca de la montaña. Los centros de salud de Curtis, Teixeiro, Présaras (en Vilasantar) y Sobrado comparten un pediatra. Esta especialista debe recorrerse durante la semana cientos de kilómetros para desplazarse de ambulatorio en ambulatorio.

Si bien es cierto que se trata de concellos de escasa población y baja tasa de natalidad en comparación con los municipios urbanos; también lo es que ocupan extensiones vastísimas de terreno: Curtis tiene una superficie de 116 kilómetros cuadrados; Sobrado, 120, y Vilasantar, 60. Una extensión muy superior a la de ciudades como A Coruña, de 37 kilómetros cuadrados.

Las distancias y el deficitario transporte público del que disponen las aldeas hace que cualquier imprevisto en el reparto de pediatra entre los cuatro ambulatorios, la no cobertura de las bajas de los facultativo y la anulación de citas ocasione un auténtico problemón a las familias. "Si vives en Oleiros o Culleredo el Materno te queda a cinco minutos, pero nosotros tardamos cuarenta y en este pueblo hay muchos niños", incide Tomás.

Estefanía lo vivió recientemente en primera persona. Esta vecina presentó hasta dos reclamaciones tras que desplazarse dos veces al Materno con su hijo, primero con fiebre y después con varicela, por la no cobertura de las vacaciones de la pediatra y el médico de cabecera: "Te sientes totalmente desamparada, es normal que la pediatra se coja vacaciones, ¡faltaría más!; pero me parece indignante que el Sergas no cubra las bajas".

A las quejas por la falta de pediatra y las anulaciones de citas, se suman las reclamaciones por los "constantes" cambios de facultativo. Los vecinos denuncian que "cada dos por tres" les cambian al médico de cabecera, lo que supone un trastorno importante para los pacientes crónicos, numerosos en este pueblo de población envejecida.

El Gobierno local, del PP, ha apoyado las quejas de los usuarios y reclamado por escrito al Sergas que garantice el servicio y cubra bajas y vacaciones. Desde la Consellería de Sanidade sostienen que se trata de un problema puntual y justifican la no cobertura de las bajas por la falta de especialistas en las listas.