Una de las afectadas por esta revisión es Salomé da Torre, que es vecina de Meicende. Un día recibió una carta de la Diputación y se enteró de que el Consorcio le reclama 300 euros de recibos pendientes de 2012 y de 2013. Reside en este núcleo arteixán desde 2002 y hasta ese momento nunca había recibido ningún recibo de la basura. "No sabía cómo iba el tema y pensaba que la basura venía en el recibo del agua", indica. Esta vecina afirma que nunca había tenido que darse de alta en otros ayuntamientos para recibir el recibo de la basura.

"Es un abuso. No cobran más porque la ley solo les permite hacerlo sobre los últimos cuatro años y el que está en curso", asegura. Ahora esta vecina ha presentado una reclamación en el Consorcio en la que pide que se anulen los recibos porque "cumplió con todos los requisitos" para demostrar su residencia en el municipio y que no existe ninguna ordenanza que obligue a darse de alta en el padrón de la basura. Da Torre también denuncia que el servicio que presta el Consorcio en Meicende es malo y que es habitual que la basura esté dos días sin recoger.