Gerardo Lagares y Sofía Cifuentes dejaron en 2012 sus trabajos en el sector financiero y su residencia en Madrid para instalarse en Paderne y recuperar una antigua finca familiar en la que cultivan plantas aromáticas, medicinales y todo tipo de especias: ajo, canela, hierbabuena, albahaca, laurel, orégano, salvia, tomillo, menta, bayas de enebro....

Esta pareja de exempleados de banco se reinventó con Orballo, una empresa que, en solo tres años, ha conseguido vender en toda España y exportar a México, Alemania o Francia sus productos: Infusiones sin aromas añadidos ni potenciadores de sabor o arroces ecológicos con sabores innovadores: con fresas, ortigas o a las finas hierbas, entre otros.

Su historia es una de las que se asoma tras los puestos de la IV Mostra de Viños e Produtos das Mariñas que se inauguró ayer en Betanzos. Todos los productores que se dieron cita bajo carpa en la Praza Irmáns García Naveira comparten el interés por recuperar el rural y hacer germinar nuevas ideas que, poco a poco, con tesón y esfuerzo, dan sus frutos. La mayor parte se han reciclado. Como Nuria Calo, arqueóloga que en 2010 fundó As Camposeiras, una marca de conservas tradicionales que elabora a base de la fruta y verdura que cultiva en su finca de Oleiros. Los sabores convencionales, como manzana, frambuesa, mora o frutos del bosque conviven con otros más exóticos, como pimiento de padrón, tomate a las hierbas, manzana con canela, calabaza y vainilla, naranja con café o grelo.

Los comienzos no fueron fáciles, pero Nuria Calo, como el resto de los productores que participan en la muestra, supo poner buena cara al mal tiempo y la empresa ha conseguido hacerse un hueco en el mercado. Cada vez más tiendas suministran sus productos y crecen los encargos.

Lo de liarse la manta a la cabeza y capear temporales es algo que también ha aprendido a la fuerza Dolores Porto, de Granxas de Lousada. Ella y su marido Sergio Boado se reciclaron del textil y la construcción y pusieron a andar una explotación de agricultura ecológica en Irixoa. Apostaron por diversificar y compaginar la huerta con la producción de vacuno de carne, cerdo y ovejas. Todo con certificado ecológico.

La venta directa, sin intermediarios, en mercados y ferias, ha sido otra de las apuestas de estos agricultores que han logrado superar innumerables dificultades. No solo por las inclemencias meteorológicas, sino también por los ataques de lobos, jabalíes o la expansión del eucalipto. Su esfuerzo ha valido la pena y les ha reportado una clientela fija y en aumento, celebran.

Como a Mar García, fundadora de Despensa das Abellas, que se vio obligada a bajar las persianas de su tienda de ropa tras serle diagnosticada sensibilidad química múltiple, una enfermedad que no le permitía convivir con los productos tóxico de las telas. Supo convertir este percance en una oportunidad y abrió una tienda ecológica en Vilaboa en la que vende productos de la huerta, cervezas artesanas, stevia, infusiones... Uno de sus productos estrella es la miel que producen sus abejas de Carral y Palas de Rei.

María García también supo sacar partido de un contratiempo. La fundadora de Lola Puñales, un taller de confección de jabón de Betanzos comenzó casi por casualidad. "No pude ir a Os Caneiros porque estaba embarazada y me puse a buscar recetas en internet", relata. Su interés por el jabón artesanal fue a más a raíz de los problemas de piel de su hijo y ahora es toda una experta que, además de vender sus propios artículos, organiza talleres y cursillos que cada día ganan adeptos.

Otra historia de tesón es la de Cristina Bañobre, la agricultora de Miño que estrenó el sello de calidad de la reserva de la biosferas en sus patatas y cebollas. En la comarca ya conocen sus productos, Daterra, y ayer mostró la calidad de sus patatas envasadas con la elaboración de tortilla de patata y chips que causaron sensación entre los asistentes.

El presidente del Consorcio, José Antonio Santiso, y el presidente de la Diputación, Valentín González, celebraron ayer la apuesta por la innovación de estos productores y otros, como los bodegueros de Betanzos y Bergondo, Lutega, los cerveceros artesanos de Bandua, Artabria o la cooperativa El Plantel.