El presidente de la Sociedade Galega de Historia Natural e investigador del CSIC, Serafín González, imparte hoy una charla sobre los progresos en la recuperación de humedales. Este científico y activista medioambiental lamenta el "nulo" interés de la Administración por acatar las directrices que obligan a recuperar estos espacios naturales, que contrapone con el esfuerzo de colectivos y voluntarios.

-Hoy imparte una charla sobre humedales degradados. ¿Qué pasos se han dado en Galicia para recuperar estos espacios naturales?

-Muy pocos, francamente. En Galicia, como en el resto de España y Europa, se produjo entre el siglo XIX y los años 70 una intensísima transformación de los humedales que provocó la pérdida de entre el 50 y 60% de su superficie. Desde que en el 1971 se firmó la convención de los humedales de Ramsar, las cosas fueron cambiando poco a poco en todo el mundo. En España hay algunos ejemplos de restauración, como el de Boada, Brozas o Salburua. En Galicia se hizo un intento y una recuperación parcial de la laguna de Cospeito, pero más allá de eso no ha habido iniciativas serias oficiales.

-Pero existen varias directrices que obligan a recuperar estos espacios. ¿Por qué no se actúa?

-Hay al menos ocho tratados internacionales que obligan a promover la restauración de los humedales degradados. ¿Por qué en otros lugares sí se está haciendo y en Galicia oficialmente no se hace? Porque hay muy poca sensibilidad por parte de la administración gallega, no en vano somos el farolillo rojo de España en porcentaje de territorio protegido por la Red Natura 2000 y el farolillo rojo en zonas de especial protección para las aves. Hay 1.100 humedales recogidos en el inventario gallego y están protegidos los cinco de la convención de Ramsar y poco más. No hay voluntad, probablemente porque no lo consideran de interés o no es rentable electoralmente Las iniciativas oficiales son muy escasas, está el caso de Cospeito y poco más. En algunos casos lo que se propone es disfrazar de restauración lo que no lo es.

-¿Por ejemplo?

-El lago de As Pontes. Realmente es un agujero lleno de agua. Es un cráter minero que se llenó a marchas forzosas con agua y le llaman lago, pero que eso funcione ecológicamente como un lago es una cosa muy diferente. Podrán engañar a algunas personas, pero cualquier biólogo sabe que eso no es un lago, no tiene el valor ambiental que tendría un auténtico humedal. Otro ejemplo es el dragado de la ría de O Burgo.

-¿Qué opina del proyecto?

-El dragado de la ría de O Burgo tal y como está planteado es una barbaridad. Hay estudios que indican que ese movimiento de lodos y fangos es muy conflictivo porque pondrían en suspensión elementos tóxicos acumulados que ahora están inmovilizados. Y lo que sería del todo punto inadmisible es que los fangos que sacaran del dragado los vertieran rellenando parte de la marisma, que es la idea. El proyecto de Demarcación de Costas tiene un siglo y medio de antigüedad, parece de mediados del siglo XIX

-¿Como cree que debería ejecutarse la recuperación de la ría?

-El problema más grave de la ría son los vertidos de aguas sin depurar que ha recibido durante muchos años incumpliendo las directivas europeas. Lo primero es resolver el problema de depuración de las aguas y después mirar si hay que mover los lodos y fangos. Hay investigadores que tienen serias dudas de que ese movimiento de fangos sea lo más adecuado. Primero, parar los vertidos, después evaluar con rigor si es mejor mover eso o dejarlo así y, sobre todo, no degradar más el humedal y las marismas.

-Antes hablaba de la escasa superficie protegida de Rede Natura. ¿Qué opina que la Xunta renunciase a proteger humedales tan castigados como el de río Baxoi, en Miño?

-Lamentablemente, es algo frecuente en Galicia. Se iba a hacer la ampliación de la Rede Natura 2000 y finalmente la metieron en un cajón y ahí está, durmiendo el sueño de los justos. Habrá que esperar a que la UE nos vuelva a amenazara con ponernos una multa para que cumplamos las normas a las que estamos obligados.

-Critica la escasa implicación de la Administración, pero a nivel local han surgido muchas iniciativas vecinales para exigir la recuperación de los humedales. Como en Sada con As Brañas.

-As Brañas podía ser Salburua de Sada, como humedal urbano reúne unos valores ambientales y sociales muy importantes. Es difícil de entender por qué no se actúa. Hay mucha desidia. En Galicia vamos con retraso. En el resto del mundo hace cuarenta años que se empezaron a restaurar humedales y aquí aún estamos en mantillas, frenando la destrucción. Los que abogamos porque se cumplan las normas nacionales e internacionales de momento lo tenemos que ir haciendo por nuestros propios medios

-Pero sin apoyo de la Administración es complicado.

-Hay posibilidades de actuar a una escala de momento pequeña. Nosotros, a través de la Sociedade Galega de Historia Natural estamos recuperando humedales, como los de la llanura de A Limia, incluida una esquina de la laguna de Antela. Es una superficie reducida en comparación con todo lo que se perdió, pero si lo miramos con respecto a los medios que movemos es un esfuerzo gigantesco. Estamos haciendo nosotros más siendo una asociación sin ánimo de lucro y con el trabajo de voluntarios, que la Administración, eso debía sacarle los colores. No solo recuperamos los humedales, sino que intentando defender a diez, doce especies de flora y fauna rara y amenazada en Galicia. Estamos mostrando el camino de cómo se pueden hacer las cosas, y con bastante menos dinero del que derrocha la Administración en algunos proyectos de restauración que meten miedo.

-¿Son eficaces las iniciativas de custodia del territorio para recuperar espacios naturales como las de Fragas do Mandeo?

-Es casi lo único que está funcionando. Nosotros somos una de las entidades fundadoras de Fragas do Mandeo y tenemos también cinco acuerdos de custodia del territorio en A Limia con ganaderos, agricultores, industriales y gracias a ellos estamos avanzado. Si la Administración no lo hace, tendremos que hacerlo nosotros, tendremos que sacarle los colores. Al ritmo que la Dirección Xeral de Conservación da Natureza está sacando los planes de conservación y recuperación de las especies en peligro de extinción tardará dos siglos. Y evidentemente es algo que no puede esperar dos siglos. Si ellos no lo hacen, lo haremos nosotros. Poquito a poco es mucho más que quedarse de brazos cruzados. Hay una máxima que nos gusta mucho, la de que no hay mayor error de aquel que no hizo nada pensando que solo podía hacer un poco.