Durante el último año, las bibliotecas de la comarca han ofrecido a sus socios pasaje gratuito al País de Nunca Jamás, Isla Fantasía, la fábrica de chocolate de Willy Wonka o a ese rincón olvidado de la Mancha en el que pequeños y mayores han combatido gigantes a lomos de Rocinante. Su trabajo ha valido a Bergondo, Culleredo, Miño, Oleiros y Sada el premio María Moliner por su labor de promoción de la lectura.

Las salas de lectura la comarca han copado la última edición del certamen del Ministerio de Educación al lograr cinco de las nueve distinciones estatales. El premio supone una recompensa a la labor de las bibliotecarias, un trabajo que a veces pasa desapercibido pese a que resulta crucial a la hora de inculcar el gusto por la lectura, sobre todo entre los más pequeños. Los proyectos que le han valido el reconocimiento comparten el ánimo de estrechar lazos entre la población y abrir una ventana a la fantasía en sus respectivos municipios.

Todas las bibliotecarias que han obtenido el reconocimiento destacan la importancia de una programación fija en las bibliotecas para ofrecer un buen servicio a la población. Y también en la necesidad de que las administraciones aporten más fondos para adquirir más libros y cómics y, sobre todo, para que puedan programar actividades para todas las edades.

"Necesitamos más fondos para ofrecer una programación estable", incide Marisa, la responsable de la biblioteca de Miño. Es una de las trabajadoras más veteranas del área. Lleva 25 años al frente de la pequeña sala de lectura miñense y trabajo le ha valido un reconocimiento del María Moliner siempre que ha presentado un proyecto. Trabaja sola y presentar una programación y llevarla a cabo le supone un esfuerzo extra, pero compensa. "Se nota, no solo en el incremento de socios, sino a la hora de crear hábitos de lectura. Debía ser obligatorio que las bibliotecas municipales tuviesen una programación fija", sostiene. Su último proyecto proponía a los socios una vuelta al mundo literario a través de un calendario en el que las efemérides se conmemoraban con cuentos.

Si a Marisa no le pesa el esfuerzo extra, a María, la directora de la biblioteca de Sada, no se le caen los anillos a la hora de disfrazarse todas las semanas de la bruja Analfabeta. Ella y sus compañeras Tachatodo y Fortunata son tres de las protagonistas del programa Isla Fantasía, un plan de dinamización de la lectura que puso en marcha una profesora del colegio Sada y Contornos y que se ha extendido ya por todo el municipio. La recompensa que obtienen los buenos lectores explica el éxito de la iniciativa. Cada niño que aprende a leer o escribir alumbra el nacimiento de un unicornio con su nombre en Isla Fantasía. El programa se completó con campamentos y sesiones en inglés y la popular Chocolasada. María que lleva quince años al frente de la biblioteca, celebra la "buena acogida" del programa. Y no le importa hacer el papel de la archienemiga de Isla Fantasía. " La bruja Analfabeta enseña a los niños que siempre pierde porque no sabe leer y no tiene criterio", explica. Esta trabajadora también ve necesario más fondos. "Todavía queda mucho por andar", incide la directora de una biblioteca que ha recibido más de una mención del María Moliner por su trabajo.

Otra biblioteca acostumbrada a distinciones es la de Oleiros. Esta sala de lectura obtuvo hace unos años el premio nacional. Este municipio dispone de la mayor red de la comarca -y tiene un fondo de 156.000 libros -tres por habitante-. Su responsable, María Corral, que lleva 29 años al frente, incide en la importancia de presentar propuestas originales, que involucren a toda la comunidad, que promuevan las nuevas tecnologías y que ofrezcan una programación estable para dinamizar la lectura. "Todas las semanas hay actividades para los niños", destaca la directora, que considera "fundamental" que haya Las salas ofrecen actividades para todas las edades y numerosos talleres de temática variada y rutas culturales. Y a día de hoy, el 53% de la población tiene carné de socio.

Culleredo ha conseguido una nueva distinción del María Moliner con un programa centrado en el ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha. El proyecto Culleredo con Cervantes le ha valido al Concello su undécima distinción. La directora del proyecto, Raquel Herrero, trabaja en el centro desde 2002 y el pasado año decidió homenajear a Cervantes con motivo del cuarto centenario de su muerte. El plan incluyó rutas literarias para adultos, talleres de cuentos combinados con manualidades o magia. "Yo le pongo mucho empeño y afán, me involucro", explica esta trabajadora, que destaca la necesidad de una programación para fomentar la lectura e incrementar el número de socios. Una opinión que comparte Juana Fariña, bibliotecaria de Bergondo, que obtuvo una mención con un programa que combina las letras con grafitis y manualidades.

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