Diente de león, hierbabuena, anís o margaritas son algunas de las especies vegetales que habitan entre el césped de A Balastreira, en Cambre. El campo de fútbol que el concejal de Mobilidade, Transportes, Cultura y Deportes, el nacionalista Dani Carballada, ofreció al Celta de Vigo en una nota de prensa irónica -por la que ha sido reprobado por el Gobierno local y por la que ha pedido disculpas- permanece sin mantenimiento tras años sin más uso que servir de campo de entrenamiento para el club Arqueros de Cambre o de espacio para algún festejo de entidades como la asociación cultural y deportiva Garrulaxe, de Cecebre, informa el Ayuntamiento.

El césped, natural, está sin cortar. La altura de la hierba, que por zonas sube del tobillo, crea un efecto óptico que hace parecer las porterías más bajas de lo normal, aunque su tamaño es estándar. Una no tiene red. La otra la tiene rota, sucia y enroscada en el larguero. El acceso desde la carretera no tiene anchura suficiente como para que pasen dos coches a la vez. Antes de llegar al campo de fútbol hay un parque infantil y una pista polideportiva.

"Si viniesen, tendría que montar una peña del Celta para los domingos, aunque algunos clientes me dijeron que si la montaba, no volvían a entrar aquí", bromea el responsable de uno de los locales de hostelería más próximos al campo, cuya calidad fue uno de los argumentos esgrimidos en la nota para justificar las bondades del campo municipal y su entorno. Y, en efecto, se come bien. Y hay ambiente futbolero, aunque no precisamente aficionados del equipo vigués, explica el hostelero, que se declara seguidor del Deportivo y del Barcelona. Asegura entender que se trató de una broma pero critica que se haya hecho en nombre del Ayuntamiento y sostiene el edil debería haberla planteado a título personal y a contactos próximos, de modo que no se habría desatado la polémica por la que estuvo a punto de dimitir el concejal de Deportes, Brais Cubeiro, a cuyo nombre iba firmada la nota aunque él no la escribió.