El Tribunal Supremo ha ratificado la sentencia de la Audiencia provincial que condenó a doce años de prisión a un hombre por intentar quemar a su mujer y a sus suegros en marzo de 2014 en Sada. El Supremo rechaza los recursos presentados por el condenado y por la acusación particular.

Los jueces no han atendido la petición del acusado, que reclamaba que se aplicase como atenuante un trastorno mental incompleto y solo admite el de estado pasional. El Supremo tampoco ha atendido la petición de las víctimas de que les fuese reconocida una indemnización a la que renunciaron en un primer momento.

El Tribunal Supremo confirma el fallo de la Audiencia Provincial que consideró a este vecino de Sada culpable de los delitos de maltrato de género, incendio en grado de tentativa, atentado a los agentes de la autoridad con armas y lesiones por dos veces, de los que algunos de ellos tienen el atenuante de estado pasional y el agravante de parentesco.

Los hechos se remontan a la noche del 30 de marzo de 2014. E Los jueces consideran probado que el condenado agredió a su esposa, con la que llevaba casado 37 años, durante una disputa familiar cuando se encontraban en el domicilio que compartían. "Sin más, la agarró por el pijama a la altura del pecho y comenzó a zarandearla y a golpearla, al tiempo que gritaba expresiones tales como que iba a matar a todo el mundo y a prender fuego a la casa", relatan los jueces en la sentencia, en la que consideran probado que los padres de la víctima, que vivían en la misma casa, acudieron en su ayuda, por lo que también fueron golpeados. El procesado llegó a coger un cuchillo y lanzar el arma en varias ocasiones hacia su suegro aunque no llegó a alcanzarle. En un descuido del condenado, las víctimas se refugiaron en el inmueble de un vecino.

Según recoge el fallo, el condenado regresó a su domicilio, cogió dos garrafas de gasóleo y gasolina, volvió y las vació en el porche de la casa de su vecino. A continuación, sacó un mechero e intentó prender fuego al combustible, pero no lo consiguió porque el propietario de la vivienda le propinó un fuerte empujón que provocó que cayese al suelo. Tras un "breve forcejeo" entre ambos, huyó a su casa. Una vecina alertó a la Policía Local.

Al llegar los agentes, el imputado se enfrentó a ellos e incluso intentó golpear a uno en la cabeza con una barra de hierro. Después, se abalanzó sobre su compañero con un cuchillo.