El punto rojo es la señal de la condena a muerte. Es lo que suelen poner los compradores de madera en los troncos de los árboles para señalizar los que se van a talar. Y en el bosque de O Paraíso en Oleiros, el último pulmón verde de bosque natural de la ría de O Burgo y de la comarca coruñesa, tiene muchos puntos rojos, sobre todo carballos. Una treintena de personas, familias residentes en este singular espacio desde los años cincuenta y sesenta, realizaron el pasado fin de semana un acto simbólico en este espacio verde para alertar sobre la pérdida de masa forestal por la próxima construcción de una urbanización de casi un centenar de chalés.

Una quincena de niños, vestidos de blanco, abrazaron y se despidieron de estos árboles que tienen el punto rojo porque serán talados, en una acción reivindicativa y de "concienciación medioambiental" que organizó la Asociación de Vecinos Colonia El Paraíso, que preside Charo López.

Este bosque se ha reducido en los últimos veinte años, y en el año 2014 registró unta tala de unos 300 árboles, principalmente eucaliptos, que el propietario de los terrenos y promotor de la urbanización vendió previamente a la ejecución del proyecto.

Se trata de una sociedad donde participan socios y familiares del empresario José Collazo Mato, propietario de los recreativos Comar y constructor habitual en A Coruña y en Oleiros; junto con la sociedad Freixo y Ameneiro, de la familia Etcheverría de la Muela. En estos últimos años la empresa ha ido comprando nuevos terrenos en este entorno para sumar más superficie. El último este mismo mes, una finca con una casa y un hórreo.

El acto simbólico de abrazar árboles surgió en 1451, con la creación del grupo religioso bishnoi en la India. Unos 363 hombres, mujeres y niños de esta religión murieron masacrados abrazados a los árboles para intentar protegerlos contra la tala que se había ordenado para construir el nuevo palacio del rey. En O Paraíso se construirán modernos y lujosos chalés.