Pronto se cumplirán diez años de la desaparición de uno de los referentes del casco histórico de Betanzos. La conocida como Casa Gótica sucumbió bajo la piqueta en octubre de 2008. La fachada de este espectacular edificio de piedra de cantería construido para el regidor Lope García de Vilousaz fue desmontada a principios de aquel otoño. Su derribo fue el epílogo de un larga agonía marcada por el abandono y los requerimientos ignorados.

Diez años después, las piedras de la fachada permanecen amontonadas en el solar, marcadas para "volver a colocarla como estaban", según afirmó en 2008 el propietario, que acumula ahora multas coercitivas sin dar ni un solo paso para recuperar este inmueble protegido. El mandato encara su recta final y si hay una medalla que aspiren a colgarse todos los partidos con representación en Betanzos es precisamente la de colocar esa primera piedra, dar el primer paso para recuperar la casa la más antigua de la ciudad.

El año en que se cumple una década del derribo de la Casa Gótica arranca con la apertura de dos frentes para recuperar este emblemático inmueble: un concurso público de la Xunta para adquirir viviendas de la zona vieja y un ultimátum del Ayuntamiento, que ha advertido al propietario de que ejecutará de forma subsidiaria las obras y le repercutirá los costes si no presenta de forma inmediata un plan de rehabilitación.

Las bases del concurso que ha abierto la Xunta para adquirir inmuebles para su recuperación como viviendas sociales se ajustan como un guante a esta casa de la Rúa da Cerca. El Gobierno gallego fija esta calle como preferente y avanza que priorizará la compra de los edificios que "tengan un valor arquitectónico especial" y que contribuyan en mayor medida "a la regeneración ambiental de la zona". Son dos premisas que la casa de Vilousaz cumpliría a la perfección. Nadie pone en duda el valor arquitectónico de esta vivienda, recordada especialmente por ese arco conopial y el blasón que adornaba su fachada. Y tampoco que su recuperación contribuiría a la "regeneración ambiental de la zona", dado que está enclavada en una calle de actuación prioritaria en la que la Xunta rehabilita actualmente otro ejemplo del gótico brigantino.

El Instituto Galego de Vivenda e Solo confirmó a este diario que la Casa Gótica sí que podría optar al concurso a pesar de que poco queda en pie del edificio. Y es que diez años después, es solo enorme agujero en el casco histórico, parcialmente oculto por una valla de la que cuelga de tanto en tanto un crespón negro. "Son ruinas, no un solar", matizan desde el Concello, que recientemente solicitó al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, ayuda para recuperar esta singular vivienda.

La oferta de adquisición de inmuebles que abre ahora el Gobierno gallego podría proporcionar una salida al propietario, acuciado por las sanciones y las amenazas de ejecución subsidiaria de las obras. La comunicación entre el dueño de este edificio singular y el Concello está prácticamente rota. Hasta el punto que tras meses de intentos infructuosos de contactar con el titular, el Consistorio tuvo que publicar en el Boletín Oficial del Estado el último apercibimiento, en el que amenazaba con comenzar los trámites para ejecutar la rehabilitación y repercutirle los costes.

El Ayuntamiento impuso la primera sanción en 2012 y, en cinco años, el dueño de la Casa Gótica ha acumulado 18.000 euros en multas de los 128.000 euros en los que está valorada la reconstrucción del edificio. A ese paso habría que esperar años para ver de nuevo en pie este referente gótico. Y Betanzos advierte de que no esperará una década más.