Los grupos de presión o lobbies están muy presentes en la pesca comunitaria y buscan influenciar las políticas de la Unión Europea. El sector pesquero, sin embargo, no tiene la misma fuerza que otros grupos que presionan en su mismo ámbito legislativo, como explicó ayer el asesor de la patronal pesquera europea (Europêche), Daniel Voces, durante el congreso de la Fundación Rendemento Económico Mínimo Sostible e Social (Fremss) organizado en la lonja de A Coruña.

Voces, que acudió al evento para explicar su labor como lobbista en la UE, destacó la "necesidad" de que el sector aumente su presencia en la toma de decisiones comunitaria, ya que a ese nivel se legislan los temas "más importantes" para la flota. Esa presión se materializa a través de elementos como los "documentos de posición", consensuados entre el sector y enviados a las instituciones para dejar clara una postura; material promocional y comunicativo; la participación en encuestas públicas y la organización de eventos informales, como audiencias o cócteles, a los que asisten los representantes políticos.

El asesor lamentó, no obstante, que el presupuesto de su organización -300.000 euros anuales- es mucho menor que el de ciertas organizaciones "supuestamente medioambientalistas" como el PEW Research Center, relacionado con el sector petrolero, que cuenta con 373 millones anuales. "Esto provoca situaciones como que el plan de crecimiento azul de la Comisión Europea haya olvidado la pesca y sí incluya aspectos como la minería submarina o las prospecciones de crudo", aseveró Voces, que también acusó a organizaciones como Greenpeace u Oceana de realizar una "política de titulares" sin base científica para ganarse a la opinión pública y "maniatar" a los representantes comunitarios.