Salvo un paréntesis de dos años en Hamburgo, Mar Capeáns (Santiago, 1967), Mariquita, lleva en el CERN desde 1992. "Hemos conseguido acabar la construcción de los experimentos y ahora tenemos que poner la misma eficacia en reparar la avería del acelerador", dice después de la inauguración oficial.
-¿Qué es el Gran Colisionador de Hadrones?
-Es un acelerador en el que se aceleran protones a casi la velocidad de la luz. Se hacen colisionar para convertir la energía que llevan esos protones en partículas nuevas. Esto es posible gracias a la famosa fórmula de Einstein, que la energía se convierte en masa, y viceversa. Nosotros lo que hacemos con el LHC es poner a disposición mucha energía para crear partículas. El objetivo final es entender cuáles son los constituyentes básicos de la materia.
-¿El origen del universo?
-Exactamente, saber cuáles son las fuerzas que reinan en el universo y todo lo que ocurrió desde el Big Bang hasta hoy. Hay preguntas fundamentales a las que aún no tenemos respuestas o las tenemos sólo teóricas. Son respuestas que matemáticamente funcionan pero no se han comprobado de forma experimental, y el acelerador LHC nos permitirá comprobar si esas teorías son ciertas.
-¿Buscan el llamado Bosson de Higgs?
-El Bosson de Higgs es una partícula que si la descubrimos experimentalmente nos ayudará a comprobar que la teorías que manejamos hoy en día para explicar el universo funcionan, y así, poder avanzar en el entendimiento de la materia y las fuerzas fundamentales.
-¿Cuál es su cometido?
-Como llevo ya tantos años en el CERN, mi función ha ido cambiando con el tiempo. Contribuí al diseño y a la construcción de ATLAS, uno de los grandes detectores que hay en el LHC y, ahora, compagino las tareas de coordinación con la puesta en marcha de proyectos de I+D para el futuro.
-¿A cuántos científicos dirige?
-Depende del proyecto. Cuando participé en la construcción del detector éramos 80 personas. Los trabajos en el CERN son tan complejos que siempre se trabaja en equipo y no hay un sólo responsable.
-¿Le costó lograr un trabajo estable en el CERN?
-El puesto permanente en el CERN sí, mucho, porque es muy difícil, hay muy pocos y mucha competencia. Es muy duro y cuesta muchos años de trabajo.
-¿Cuántas mujeres son?
-Muy pocas. En el staff científico la media no llega al 10%. Aunque el CERN no discrimina por ser mujer, lo que cuenta es el trabajo bien hecho.
-¿A la mujer le cuesta más?
-En general, sí. Cuesta más hacerse ver.
-Separada y con una hija, ¿fue muy complicado para usted?
-Me casé a los 28 años y me separé al cabo de dos, así que toda mi vida aquí ha sido sola con la niña. Tuve que organizarme al milímetro e intentar evitar imprevistos.
-Estuvo casada con un físico alemán y ahora se casó con uno noruego, ¿es militancia?
-No, ¡aunque me gustan los hombres listos! El CERN es un sitio muy absorbente, estás rodeado de gente cuyo trabajo es una pasión, no hay horarios y nos queda muy poco tiempo para otras cosas.
-¿Tienen que ligar allí?
-Qué remedio.
-Son cuatro hermanos; las dos mujeres, vinculadas a la ciencia y los hombres, periodistas, ¿el mundo al revés?
- Tiene su gracia que las dos mujeres hayamos salido por ciencias y los dos hombres por letras y, además, irreconciliables. De pequeños hacíamos los deberes juntos y estaba clarísimo lo que prefería y lo que le aburría a cada unos de nosotros.
-¿Tuvo dudas entre estudiar Arquitectura y Físicas?
-Realmente, a mí me gustaban muchísimas cosas, me gustaba mucho escribir y dudé mucho sobre qué profesión quería tener en el futuro y en el último momento, cuando tuve que elegir entre Arquitectura y Física, escogí Física porque podía hacerla en Santiago.
-¿En la selectividad tuvo mala nota en Dibujo y Física?
-Sí, una especie de rebelión interna supongo. Siempre me encantó la física y el dibujo técnico pero no me centré para la selectividad, no le di demasiada importancia al examen.
-¿La tía Lolita [Lolita Garrido, profesora de Matemáticas y ex directora del Colegio de la Compañía de María] fue fundamental en su elección?
-Desde pequeñita jugamos siempre con las matemáticas y en su colegio y eso te va enfocando. Siempre supimos que nuestra tía Lolita era superlista y eso fue un aliciente.
-¿Su hija es de ciencias?
-Por ahora le gusta todo pero sí que es buena en mates. Le gusta, le gusta la ciencia.
-Juega con ventaja.
-Sí, lo tiene muy presente y, además, la mayoría de mis amigos son compañeros de trabajo, así que lo vive desde siempre.
-¿Hablan de algo más que de hadrones?
-Sí, claro. Trabajo con gente muy interesante y con muchas inquietudes. Y aquí también la gente es muy deportista. Yo me voy los fines de semana a Chamonix, en verano a andar o a montar en bici de montaña, y en invierno a esquiar.