El Concello prevé que las obras de remodelación del estadio de Riazor comenzarán antes del verano de 2018 y serán las arcas municipales las que se encarguen de sufragar los aproximadamente siete millones de euros que costará todo el proyecto, aunque se "consensuará" con el club la intervención a realizar en el estadio.

El concejal de Deportes, José Manuel Sande, ha explicado esta mañana que han conseguido "reducir los plazos" de tramitación de la obra, para que comience antes del 30 de junio de 2018, coincidiendo con el parón en la Liga y la menor actividad del club.

El edil de Rexeneración Urbana e Dereito á Vivenda, Xiao Varela, ha comentado que la remodelación del estadio es una obra "prioritaria y esencial" para el Gobierno local y que el proyecto se atacará "de una manera solvente" y "sin riesgos". El Concello está actualmente "trabajando en el anteproyecto" que espera haber finalizado antes del 20 de mayo de este año, a partir de ahí, se abrirá el proceso de licitación, que el Gobierno local apuesta por hacer de manera conjunta para "no encontrarse con que la constructora pueda decir que tiene un proyecto que no se ajusta a la ejecución". La licitación del proyecto y de la obra está marcado "para mediados de este año" y el comienzo de las obras, se espera para antes del 30 de junio de 2018.

El consejero económico del Dépor, Enrique Calvete, calificó la reunión de "muy cordial". "Las sensaciones son buenas pero, igual que nos pasa en el césped, vamos sobrados de sensaciones pero necesitamos puntos, en este caso, también necesitamos ver los avances", bromeó Calvete, y reafirmó la "actitud positiva" del club de cara a las obras.

Varela aseguró que, a pesar de los problemas del estadio, la seguridad de los espectadores está garantizada y que se celebrará el partido de este sábado.

Ambas partes están emplazadas a una nueva reunión el 7 de marzo, en María Pita, así como el alcalde, Xulio Ferreiro, mantendrá un encuentro con el presidente del Dépor, Tino Fernández.

El Gobierno local asegura que, por primera vez, el estadio tendrá un contrato de mantenimiento, con revisiones y labores preventivas, para que no se repitan las problemas del viernes, 3 de febrero, cuando volaron parte de las cubiertas de Riazor.